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Los días jueves y viernes de la próxima semana (4 y 5 de noviembre) tendrá lugar en Medellín-Colombia un foro de gestión de riesgos que anticipa debates extraordinarios y que alimenta los ambientes hispanoamericanos de compliance. Lo organizan la Asociación Colombiana de Compliance (#COMPCO) y #MoncadaAbogados, con el soporte de patrocinadores comerciales muy conocidos, entre ellos INDRA y la agencia de normalización española, AENOR.

El menú incluye temas clásicos de prevención de riesgos en libre competencia, protección de datos, tax compliance, lavado de activos y el futuro de las due dilligences, entre otros; pero resulta muy llamativo que los organizadores enlazan la temática a la llamada 5RI, por lo que están presentes conferencias vanguardistas sobre las amenazas de manipulación de mercados con algoritmos, los desafíos de la neurotecnología a las personas y a las autoridades regulatorias, la cuestión novedosa del cancelling o aniquilación digital, etc.

Pero van a hablar también de como se gestionan riesgos de todo tipo en ciudades inteligentes, tomando como pretexto el fracaso del proyecto Sidewalk Labs, una compañía hermana de Google.

Se habla de ciudades inteligentes, ciudades cognitivas, ciudades digitales, para aludir a territorios o espacios inteligentes que tienden consolidarse para el año 2050, cuando se estima que un 85% de la población mundial vivirá en las ciudades.

No se trata sólo de un concepto de marketing. Habrá muchos sensores, muchos datos, mucha tecnología. Ciudad inteligente o Smart city, como también se le conoce, no es un fenómeno referido a ciudades en construcción sino que envuelve la adecuación de las ciudades actuales, en las que el desafío consiste en lograr que sean inteligentes desde su tradición y perspectiva propia.

Equipos de alta Tecnología, IoT, analítica, bigdata e hiperconexión en tiempo real, harán parte de esa nueva realidad. Dispositivos móviles para involucrar a los ciudadanos, gobierno digital y wifi abierto en áreas del gobierno y en las calles; conectividad mundial, rastreo, trazabilidad y comparaciones en tiempo real, serán condiciones naturales en estos nuevos entornos.

Hablar de ciudades inteligentes significa discutir sobre distritos de innovación, competitividad, atracción de empresas y talentos, recopilación de datos para pronosticar aspectos del entorno urbano, implementación de plataformas de datos de colaboración y pensamiento de largo plazo.

Implica también calidad de vida a través de criterios de sustentabilidad, edificios domóticos, energías de huella ecológica positiva, iluminación inteligente,  compromiso con reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y energías renovables, calidad de aire y ruido, eficiencia energética, servicios financieros y planificación urbana completamente digitales así como detección de desastres naturales.

No es simplemente una discusión de habitat o de urbanización sostenible. Una ciudad inteligente promete educación permanente, alumbrados de bajo consumo, bicicletas y carros compartidos, vehículos eléctricos y puestos de recarga, buses y trenes eléctricos y “electrolineras”, iluminación ornamental para áreas verdes, reciclaje, sistemas de peaje electrónico, seguridad de infraestructura crítica, análisis de multitudes, control de contaminación lumínica, etc.

Esta nueva realidad, aclaran los expertos, no será posible en ambientes en los que no exista interlocución entre sectores público, privado, tecnológicos y académicos. Y su futuro depende de no subestimar las críticas o cuestionamientos a este modelo por parte de quienes consideran que envuelve un enfoque demasiado comercial o que minimiza la importancia de otros modelos de desarrollo del territorio.

Precisamente, el proyecto Sidewalk Labs en Toronto, Canadá, estaba destinado a ser una visión de cómo viviremos en el futuro, una ciudad construida a partir de Internet, que ofreciera a sus pobladores la oportunidad de vivir en un entorno de herramientas de última tecnología: carros autónomos, formas innovadoras de recolectar basura, espacios compartidos para que las comunidades se reúnan de nuevas maneras, etc.

Se esperaba que Sidewalk Labs en Toronto sirviera de modelo para otras ciudades del mundo. Pero la gente se asustó al verificar que estaba recopilando una gran cantidad de datos de los sensores colocados en todo el desarrollo, y esto desconcertó a muchos; y se preocupó también del hecho de que una empresa privada estuviera a cargo de la mejora urbana.

El proyecto fue anunciado 2017 y la asociación entre Sidewalk Labs y Toronto Waterfront, la agencia encargada del terreno necesario, prometió que sería “un lugar feliz para vivir”, pero no fue así.

Iria Giuffrida, figura extraordinaria, estará en ComplianceIV, en Medellín. Figura extraordinaria, profesora en varias universidades del mundo, es líder también de un poderoso Centro de Tecnología Jurídica y Judicial (CLCT) en Estados Unidos, que lidera esfuerzos de investigación relacionados con inteligencia artificial, ciberseguridad y tecnologías emergentes.

 

Tremendos los contenidos que nos trae ComplianceIV en Medellín!

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