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Bilbao, 23 may (EFE).- La Audiencia de Bizkaia ha condenado a 14 años de prisión a la mujer que mató y descuartizó a su pareja en junio de 2020 en Barakaldo (Bizkaia), después de que un jurado popular la considerara culpable de un delito de homicidio con el agravante de parentesco.

En la sentencia de la sección segunda de la Audiencia vizcaína hecha pública este martes, el tribunal estima "proporcionada y adecuada" la petición de pena de la Fiscalía y la acusación particular que solicitaban una condena de 14 años, y ha impuesto a la acusada el pago como responsabilidad civil de 30.000 euros para el hijo de la víctima y de 51.500 para los dos hermanos del fallecido.

La magistrada reprocha además el hecho de "desmembrar a la víctima, quién fue desechada como basura, en lo que constituye una acción reprobable que va más allá de un auto-encubrimiento impune, sin que se haya encontrado la mayor parte del cadáver ni esperanza de que pueda ser hallado algún día".

Los miembros del jurado popular descartaron en su veredicto el delito de asesinato al considerar que no se había podido determinar cómo ocurrió el crimen ya que solo se han encontrado las piernas del fallecido y los forenses no pudieron determinar la causa de la muerte.

Los hechos probados relatan que la madrugada del 17 de junio de 2020 la pareja se encontraba en su habitación en un piso de Barakaldo, donde convivían con los dos hijos menores de ella y, en un momento dado, ella usó "una navaja de 7,5 centímetros de filo que hundió" en el cuerpo del hombre "con ánimo de acabar con su vida".

La acusada relató ante el tribunal que asestó un navajazo a su pareja cuando la estaba violando, y el tribunal estimó que esa declaración "puede ser verosímil" dado el "carácter violento" del hombre, si bien constató que "no hay evidencia" que así lo pudiera probar.

Según el relato de la mujer, el navajazo se produjo en el transcurso de la violación en la que hubo gritos, y al escucharlos, sus dos hijos entraron en la habitación y ella acudió a atenderles.

Al regresar con su pareja, ésta ya había fallecido, por lo que tuvo miedo de que le hicieran responsable y le arrebataran a sus hijos, y desmembró el cuerpo del hombre para deshacerse de él. Metió así parte de las piernas en una bolsa y arrastró el resto del cadáver hasta un contenedor.

La acusada pasó semanas asegurando a quién le preguntaba por el hombre que tenía covid o que se había ido de viaje, hasta que un hermano de la víctima forzó que acudiera a denunciar su desaparición. Los investigadores hallaron las piernas de la víctima en una bolsa en una zona de monte apenas a 60 metros del portal de la vivienda de la pareja.

Según destacó el fiscal en sus conclusiones, al no haber encontrado la mayor parte del cadáver, solo las dos medias piernas por debajo de la rodilla, los forenses no pudieron concluir fehacientemente la causa de la muerte.

Tampoco pudieron certificar la posible violación, ni el consumo abusivo de drogas la noche del crimen, de manera que se descartó la atenuación de la pena para la acusada.




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