Coincido con un colega en un Juzgado a varios kilómetros de Barcelona. Hombre, tu por aquí!!!.. Cuanto tiempo...!!!.. Te has perdido???... Y en eso estábamos que nos damos cuenta de que vamos a ser contrarios. A partir de aquí el contrario empieza a intentar tirarme de la lengua para que le desvele mi estrategia de cara al juicio. Uno que ya peina canas, decide no soltar prenda y sólo al final y para darle un poco de cuerda, le digo que en una de las cuestiones que plantea, se lo voy a poner fácil. Seguimos bromeando mientras esperamos. Todas las bromas tienen un cierto componente de prepotencia. Se siente ganador. La espera, se ve interrumpida porque me llega un "soplo" que pone en mi conocimiento un hecho del que no había sido informado antes. La verdad es que no tenía nada claro que pudiese irme bien y este hecho, me daba oxígeno.

Esto me obliga, sobre la marcha, a cambiar el planteamiento del juicio y pedir el interrogatorio del demandante, cosa que no había contemplado de inicio. Era la única manera de poder acreditar el hecho del "soplo".

Entramos, por fin en Sala y me opongo a la demanda incluyendo el hecho soplado... De reojo percibo que mi colega se muestra sorprendido y que empieza a gesticular, delatándose de un modo absurdo. Se abre el periodo de prueba y mi contrario se despacha pidiendo ya de entrada diligencias finales y que si no se acuerdan se suspenda el juicio con una excusa poco consistente. SSª, dice que no va a hacer ni una cosa ni otra. El contrario responde ya de malas maneras y le va de un pelo que no es llamado al orden.

Tenía claro, por mi parte, que tenia que interrogar con suavidad, sin mostrar agresividad. Que el actor se sintiese cómodo.. Y lo consigo. El actor, estoy seguro, contó la verdad y si bien no acabó de decir todo lo que me hubiese gustado oir, lo que dijo ya me valía para ponerlo en consonancia con el resultado de las otras pruebas y armar unas buenas conclusiones. Al contrario, cada vez más desencajado, se le va definitivamente la pinza y hace sus conclusiones de forma que me permite poder hacer ver a SSª que ni tan siquiera he llegado a alegar la mayor parte de lo que sostiene, lo que aprovecho, incluso, para volver en contra del demandante uno de los hechos alegados en la demanda.

SSª da el visto para sentencia y el contrario sale a escape de la Sala sin siquiera despedirse de SSª, ni de un servidor, ni de nadie. Esto si, por el camino, va increpando a su cliente por haber dicho lo que dijo en el curso de su interrogatorio.

No se si ganaré el juicio. Pero tengo claro que la jurisdicción social, va de eso: Tener cintura para adaptarse a lo que sucede en cada momento; Utilizar todos los recursos que uno tiene a su alcance; No mostrar nunca prepotencia y no violentar al contrario con interrogatorios agresivos.

Un juicio que no pintaba bien al empezar, se acabó poniendo de cara, gracias, en gran medida, a la alfombra de flores que me puso, sin quererlo, el contrario.