Raúl Bellerín y Rafael Martínez

Madrid, 7 sep (EFE).- Se esperaba un discurso contundente del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo, Carlos Lesmes, en la apertura solemne del Año Judicial ante el bloqueo de casi cuatro años en la renovación de ese órgano y la parálisis a la que se está abocando a la Justicia.

Y en el salón de plenos del Tribunal Supremo, en presencia del rey Felipe VI, de la ministra de Justicia, Pilar Llop, y del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, Lesmes ha vertido duras críticas contra el Gobierno, ha desarbolado la estrategia del PP para dilatar la renovación del Consejo y ha advertido de que, o hay un acuerdo en semanas, o tendrá que plantear medidas que "ni queremos ni nos gustan".

Una amenaza velada que, como él mismo ha explicado poco después a los periodistas, implica la posibilidad de renunciar al cargo si no se desbloquea la situación "en semanas, no en meses". Eso sí, no lo dejaría nunca antes que el Consejo cumpla su obligación de designar dos nuevos magistrados para el Constitucional.

Lesmes lleva años dedicando su discurso del acto más relevante del año en los tribunales españoles a reclamar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato constitucional de cinco años va camino de alcanzar los nueve, pero nunca lo ha hecho con la contundencia con la que se ha expresado este miércoles.

Porque ha solicitado "pública y solemnemente" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que se reúnan "con urgencia" y pongan fin a una situación "insostenible" renovando el Consejo o restituyan las competencias de las que le privó la reforma legal impulsada por el Gobierno ante el bloqueo de las negociaciones.

Esa es una las críticas que ha lanzado Lesmes al Ejecutivo al denunciar que los efectos de esa ley son "devastadores" (solo en el Supremo habrá 20 vacantes por cubrir en los próximos meses, un 25 % del total).

Pero el presidente del CGPJ y del Supremo ha cuestionado sin ambages la estrategia del PP, que lleva años retrasando las negociaciones con diferentes exigencias previas, entre ellas el cambio del modelo en la elección de los vocales del CGPJ.

"La renovación del Consejo debe acometerse con urgencia y de conformidad con la legislación vigente, sin que se pueda supeditar por ninguna fuerza política a sucesivas condiciones que impiden el cumplimiento del claro mandato constitucional del plazo, que no admite interpretaciones", ha zanjado Lesmes.

Y una vez concluida esta renovación -"y solo entonces"- será el momento de acometer un cambio de modelo que ya considera "ineludible" y "urgente" porque el actual sufre "una crisis de difícil salida por la permanente falta de entendimiento de los grupos políticos mayoritarios y por no corresponderse además con los estándares europeos en materia de consejos judiciales".

Al Ejecutivo también le ha reprochado que en la última reforma aprobada para permitir la renovación del Tribunal Constitucional haya dejado de lado al Supremo a pesar del "estropicio" provocado.

Y además ha cargado con dureza contra los intentos de "desjudicializar" el "procés", como si los jueces hubieran sido los responsables del 1-O, y de neutralizar sentencias "que no son conformes con el interés político del momento".

Ha añadido incluso un reproche a Pablo Iglesias -"un antiguo miembro del Gobierno"- por sus "desafortunadas declaraciones" en las que calificó de "humillación" que los jueces europeos corrigieran a los españoles en relación con la huida de Carles Puigdemont.

Un discurso con el que Lesmes -que confiesa no tener ninguna confianza en lo que pueda ocurrir- pretende dar una sacudida que haga moverse a los actores que deben desbloquear la situación.

Y, de paso, hacer "una llamada de atención a una sociedad que pareciera aletargada ante el deterioro de nuestro Estado de Derecho, garante último de sus libertades, y a una clase política que hace prevalecer con demasiada frecuencia sus intereses partidistas sobre los generales de nuestra Nación".