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Hoy sale a la luz en las noticias un nuevo caso de posible negligencia médica de una niña valencia de 12 años que acudió tres veces al médico y terminó falleciendo a causa de una peritonitis. La madre cuenta que avisó que su otro hijo tuvo una apendicitis a la misma edad con los mismos síntomas, perro su aviso no fue tomado en consideración. Hace unos meses la prensa se hizo eco un caso similar en otro menor con el mismo resultado. Algo que es recurrente en las noticias desde hace años.

Cada vez que leo una noticia de estas recuerdo la situación que vivimos unas navidades de hace diez años. la misma situación que todos los casos mencionados. Mi hija sufría un fuerte dolor en el vientre con fiebre y para el pediatra no era más que un simple problema digestivo. Mi mujer volvió a llevar a la niña una segunda ocasión al pediatra y todo se soluciona con Dalsy.

Ante la persistencia del dolor y la intuición de que pudiera se apendicitis la llevamos a urgencias del centro hospitalario.  El médico que la atiende dice que no ve nada y que no es más que un dolor abdominal. Mi mujer insiste de que puede ser apendicitis. El médico alega que no es normal que los niños tan pequeños, mi hija tenía 8 años, tuvieran apendicitis. Mi mujer se concara con el médico y le exige que haga algún tipo de prueba.

Acepta hacer una ecografía que determinó una apendicitis avanzada. En diez minutos teníamos el diagnóstico y la decisión de operarla inmediatamente.

En este tránsito aparece el médico responsable de pediatría, palpa a la niña y nos comenta que sí, que se nota que es una apendicitis de libro. Se nos queda los que vulgarmente llamamos una “cara de haba”. ¿no tienen sensibilidad en las manos el resto de los médicos? ¿no saben palpar?

Después de la operación se nos confirma que estaba a punto de producirse una perforación. Nos dan el alta hospitalaria y a los dos días volvemos a ingresar porque la niña tenía una infección en la zona que hizo que estuviera otros quince días ingresada.

Lo que más me llamó la atención es que había ingresados en el centro hospitalario otros diez niños de la misma edad con el mismo diagnóstico, apendicitis o peritonitis. ¿Qué “no era normal” que a esa edad se tuviera apendicitis?

Cada vez que sucede un nuevo caso que termina en el fallecimiento del menos, me viene a la cabeza la “suerte” que tuvimos. El discurso de los padres coincide con el que nos toco vivir. Lo que me hace revivir cada vez nuestra historia.

Que en pleno Siglo XXI tengan que fallecer niños por una apendicitis por no realizar y asegurar unas pruebas médicas es una barbaridad. El pediatra del centro de salud era un médico con una edad para tener experiencia en el tema, el del servicio de urgencias era demasiado novato para aseverar los comentarios que hizo.  

Los casos más extremos terminan en el fallecimiento del paciente. Algo falla en los protocolos médicos para que esto pase recurrentemente.




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