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La crisis sanitaria del coronavirus ha traído indudables y numerosos cambios en casi todos los ámbitos, tanto en el sanitario, como en el social, económico y político. Y uno de ellos es el aumento del uso de las tarjetas de crédito. Destaca también el aumento de las cuantías de las transacciones realizadas con estas tarjetas. 

Concretamente, el Banco de España cifra en un 29% más el uso de las tarjetas de crédito, esperándose que este dato aumente aún más en los próximos años. Y en lo que se refiere al gasto con este método de pago, según datos del Banco de España, la cifra ascendió a 111 millones de euros, en 2021. 

Ante este incremento, en reclamador.es queremos ofrecer a todos los usuarios de tarjetas de crédito unos consejos de uso para evitar futuros problemas

Incremento del uso de las tarjetas de crédito: consejos 

1. Leer bien el contrato antes de contratar una tarjeta de crédito

El primer consejo que lanzamos en reclamador.es respecto al uso de las tarjetas de crédito es de prevención. Antes de contratar cualquier producto financiero es fundamental leer bien el contrato y resolver todas las dudas antes de proceder a la firma. 

Informarse sobre los intereses de las tarjetas, si existe un número de usos mínimos en un periodo de tiempo determinado, si nos encontramos ante una tarjeta de débito o de crédito y, entre lo más importante a tener en cuenta, cuál es la forma de pago de la deuda generada del uso de la tarjeta. Así, a este respecto, en reclamador.es aconsejamos prestar especial atención a esto, pues según la forma de pago, nos podemos encontrar ante una tarjeta revolving, enmascarada en términos como “cuota fija final de mes”, “pago revolvente” , “pago en cómodas cuotas” que, en realidad, se trata de eso, de un crédito revolving que habitualmente genera importantes deudas que no dejan de crecer. 

Estas tarjetas revolving se pueden reclamar. En reclamador.es contamos con un amplio equipo de abogados expertos en Derecho Bancario que ya han conseguido solucionar favorablemente numerosas reclamaciones de tarjetas revolving para nuestros clientes. 

2. Evitar el uso de varias tarjetas de crédito 

Cuantas menos tarjetas de crédito se usen, mayor será el control de gasto de los consumidores. Así, si se dispone, por ejemplo, de una tarjeta de crédito y una de débito, el consumidor podrá saber más claramente el dinero disponible en su cuenta y la deuda que se le pasará el día estipulado con el banco, habitualmente a final de mes o cada día 1 del siguiente mes. 

Cuando se dispone de varias tarjetas de crédito y se hace uso de ella sin un adecuado control, cuando llega el momento de cobro de la deuda, es posible que el consumidor se encuentre sin suficiente dinero en efectivo en la cuenta bancaria o bien que se quede en una difícil situación para hacer frente al resto de pagos, como pueden ser hipotecas, préstamos de financiación del vehículo, etcétera. 

3. No pagar con tarjeta de crédito más de lo que se pueda hacer frente

Dado que al pagar con tarjetas de crédito la deuda se acumula pero no se retira directamente de la cuenta, como ocurre con las tarjetas de débito, son muchos los consumidores que realizan elevados gastos con este método de pago, esperando que cuando llegue ese pago se disponga de liquidez. Pero esto no siempre pasa. En ocasiones, en el día de abono de esa deuda no ha entrado, por ejemplo, la nómina o el ingreso que se esperaba y el consumidor no tiene suficiente dinero para su abono. O, aunque se disponga de la cantidad necesaria para pagar la deuda de la tarjeta de crédito, dicho pago es tan elevado que puede suponer un problema de liquidez futuro para los consumidores. Ahora más que nunca se impone un uso responsable de estos medios de pago, porque además no hacer frente a la deuda conlleva intereses de demora muy elevados.

4. Llevar un control periódico de las cuentas bancarias

De todo lo ya señalado, se desprende que es fundamental saber en todo momento los gastos semanales y mensuales que se deben hacer frente. Y, antes de realizar un gran desembolso, es necesario saber de primera mano el dinero disponible, no solo en ese momento, sino para las próximas semanas o meses en los que puedan entrar nuevos pagos.

Conocer el dinero que entra cada mes en la economía personal o familiar, así como los gastos periódicos, es fundamental para intentar conseguir un ahorro y formar ese famoso “colchón” que puede dar tranquilidad ante imprevistos económicos. 

Igualmente, llevar un control periódico de las cuentas bancarias, permitirá al consumidor hacer frente a posibles errores, como puede ser el cobro indebido de comisiones bancarias por uso o mantenimiento de tarjetas (si no estuviera estipulado en el contrato).




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