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  • La presión fiscal soportada por los contribuyentes en España varía en función del nivel de renta, los hábitos de consumo y la comunidad autónoma en la que se reside”

  • Los expertos señalan que para una mayor transparencia es imprescindible incluir las cotizaciones a la Seguridad Social en el sueldo bruto del trabajador. También es importante reducir la complejidad del impuesto sobre la renta reduciendo en primer lugar, lo máximo posible, el número de tramos

Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina 102 días a pagar cotizaciones a la Seguridad Social, 37 al IRPF, 25 al IVA, 12 a impuestos especiales y 5 a otros impuestos. En total, dedica 181 días de su trabajo (15.706 euros) a pagar a la Administración. ¿Cómo es posible pagar más de 15.000 euros en impuestos con un sueldo bruto de apenas 24.000? Porque, en realidad, el coste laboral de este trabajador es de 31.696 euros. Son datos de un estudio que se presentó ayer de la Fundación para el Avance de la Libertad en colaboración con la recientemente creada Unión de Contribuyentes Españoles.

Continúa la opacidad fiscal

 Las cotizaciones patronales —que no aparecen en el sueldo bruto— hacen opaco el sistema fiscal. Los trabajadores ignoran que la empresa aporta a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296 euros por encima del salario bruto. Así, el valor real del trabajador (o el coste laboral para la empresa) es en realidad de 31.696 euros.

En 2016, la Liberación Fiscal se adelanta un día

 Por segundo año consecutivo, en los últimos seis años, el Día de Liberación Fiscal se adelanta. La reforma fiscal del impuesto sobre la renta emprendida por el Gobierno central y la bajada del tramo autonómico en algunas comunidades hacen que el Día de Liberación Fiscal se celebre el 30 de junio, un día antes que en 2015.

Si bien la media española se sitúa en el 30 de junio, el esfuerzo fiscal varía de una comunidad autónoma a otra. Actualmente, existe una horquilla de hasta 7 días entre La Rioja (la comunidad autónoma con el menor esfuerzo fiscal) y Cataluña (la de mayor presión tributaria). Para un ciudadano medio, vivir en Cataluña costaría 7 días más de trabajo al año y 613 euros extra en comparación con un residente riojano.

La razón de esta diferencia es que el Impuesto sobre la Renta y la mayoría de los impuestos locales (particularmente el Impuesto de Bienes Inmuebles de Barcelona) están por encima de la media. En cambio, en La Rioja, el Día de Liberación Fiscal se celebra el 27 de junio, 3 días antes que la fecha media nacional. Esta diferencia se debe en gran medida a los impuestos municipales como el IBI o el Impuesto de Circulación.

Los contribuyentes se ven beneficiados también por la falta del gravamen autonómico sobre la Venta Minorista de Hidrocarburos. Por último, también, el Impuesto sobre la Renta es más reducido en esta región. De este modo, los contribuyentes de esta comunidad se ahorran en torno a 240 euros al año en impuestos.

 Con el objetivo de crear una guía gracias a la que el ciudadano pueda conocer en qué Comunidad le resulta más ventajoso trabajar, se ha utilizado la renta media na ional como referencia para calcular el Día de Liberación Fiscal de cada comunidad autónoma, en lugar del salario medio de cada región. Esto debería servir también para estimular la competencia fiscal entre comunidades autónomas, de manera que ofrezcan un trato más favorable al contribuyente (incluso en aquellos tributos que tienen menos “coste electoral”).

Uno de los motivos para calcular las diferencias regionales existentes para un mismo nivel de salario es el de evitar la creencia de que en las comunidades más ricas (donde los contribuyentes pagan más porque cobran más) se aplican unos tipos impositivos mayores. Así, la comparación se da en igualdad de condiciones. Para calcular el Día de Liberación Fiscal en 2016 se ha utilizado el mismo salario que en años anteriores con el fin de que los resultados puedan ser comparables.

A modo de conclusión

La presión fiscal soportada por los contribuyentes en España varía en función del nivel de renta, los hábitos de consumo y la comunidad autónoma en la que se reside. Por ello, aunque un español trabaje de media hasta el 30 de junio para pagar todos sus impuestos, esta fecha esconde diferencias importantes de una comunidad autónoma a otra.

 A mismo nivel de renta, con circunstancias personales y hábitos de consumo parecidos, las diferencias de un sitio a otro pueden suponer hasta 7 días de trabajo. En el año 2016, estas diferencias se deben tanto a los impuestos locales (particularmente el Impuesto sobre Bienes Inmuebles), como al Impuesto sobre la Renta o el Impuesto autonómico sobre la Venta Minorista de Hidrocarburos. Navarra y País Vasco son las dos comunidades que desde siempre han sabido aprovechado su régimen fiscal para gravar las rentas del trabajo por debajo de la media nacional.

 No obstante, en los últimos años también Madrid, Galicia, La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cantabria, e incluso Andalucía y Canarias, han utilizado el tramo autonómico del IRPF para reducir el esfuerzo fiscal a las rentas medias y bajas. En cambio, Cataluña, Comunidad Valenciana y desde este año, también Navarra, han empleado el impuesto Resumen y conclusiones autonómico para castigar al trabajador de renta media con unos impuestos superiores a la media nacional.

De hecho, en 2016, Navarra es la única región que retrasa su Día de Liberación Fiscal, al implementar unas medidas fiscales que, aparte de castigar las rentas altas, también salpican a los trabajadores de renta media. El análisis del esfuerzo fiscal realizado por los trabajadores de las diferentes regiones, revela que las comunidades autónomas disfrutan de suficientes herramientas fiscales para modificar la carga soportada por los contribuyentes a través de los impuestos autonómicos y municipales.

 De esta forma, se fomenta la competitividad fiscal y es posible analizar si un menor/mayor nivel de esfuerzo puede servir para reactivar la economía y el empleo. No hay que olvidar que CC.AA. como Navarra o el País Vasco, que históricamente han tenido una presión fiscal sobre la renta inferior a la media española, también han gozado de menores tasas de paro. Es más, La Rioja, Galicia y Castilla y León son el ejemplo vivo de que las comunidades autónomas de régimen común pueden desbancar en el ranking a las comunidades de régimen foral. Otro impuesto autonómico que ha dado lugar a diferencias en la carga fiscal es el denominado “céntimo sanitario”. Cantabria, Castilla y León, La Rioja y País Vasco son las cuatro regiones que más se han distanciado del resto al no aplicar este recargo autonómico a la venta de carburantes. Por último, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), la principal fuente de ingresos de los ayuntamientos hoy en día, es otro elemento diferenciador en la carga fiscal soportada por los contribuyentes.

Radiografía de nuestro sistema fiscal

El IBI, es un impuesto que varía mucho de un ayuntamiento a otro y lo mismo sucede con el Impuesto de Circulación, por el que en San Sebastián hay que desembolsar prácticamente el doble que en Mérida. El Día de Liberación Fiscal es una herramienta clave para poder hacer una radiografía general del sistema fiscal español en su conjunto, pero también por cada nivel administrativo. Pero, la evolución de los últimos años muestra tendencias dispares. Sin embargo, no hay que olvidar que un sistema fiscal tiene que sustentarse sobre cuatro principios básicos: transparencia, sencillez, neutralidad y estabilidad o previsibilidad. Por último, la proporcionalidad es otro elemento importante para definir una buena política fiscal.

De allí se pueden desprender una serie de recomendaciones importantes para el sistema fiscal español. Para alcanzar una mayor transparencia es imprescindible incluir las cotizaciones a la Seguridad Social en el sueldo bruto del trabajador. También es importante reducir la complejidad del impuesto sobre la renta reduciendo en primer lugar, lo máximo posible, el número de tramos. No hace mucho, en 2010, en España únicamente había cuatro tramos de renta. También es importante recordar que antes del inicio de la crisis económica, en España el Día de Liberación Fiscal ce celebraba, como mínimo, tres días antes.

El 30 de Junio se celebra en España el Día de Liberación Fiscal 2016. Dicho de otra forma, los trabajadores españoles necesitan 181 días para cumplir con sus obligaciones tributarias. El Tax Freedom Day, como se conoce en el mundo anglosajón, es la fecha a partir de la cual los ciudadanos comienzan a trabajar para sí mismos. El Día de Liberación Fiscal traduce el esfuerzo fiscal en el número de días necesarios para pagar los impuestos (directos e indirectos) y las cotizaciones a la Seguridad Social. 

Por ello, y con la mirada puesta en la creación de empleo (hoy en día la tasa de paro casi triplica a la del inicio de la crisis), es imprescindible reducir los impuestos al trabajo. Y la mayor carga fiscal sobre el empleo son las cotizaciones a la Seguridad Social. Reducir las cotizaciones entre 8 y 12 puntos porcentuales nos situaría al mismo nivel que nuestros socios europeos. Tampoco hay que descartar aplicar un mínimo exento a dichas cotizaciones, como en el caso del IRPF, y que es algo también muy común en el resto del mundo. Los impuestos al trabajo, no deberían ser una medida disuasoria o una barrera de entrada en el mercado laboral.

 

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