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  • El sector del transporte aéreo español aporta 35.100 millones de dólares al PIB. A continuación, un resumen de cuáles son los principales problemas de responsabilidad civil para el sector de la aviación en España.

¿Cuáles son los principales problemas de responsabilidad del sector de la aviación en España?

Los principales organismos responsables de la regulación de la aviación en España son la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Ambos dependen del Ministerio de Fomento (DGAC).

La DGAC se rige principalmente por el Real Decreto 953/2018. Le corresponde la elaboración de políticas y propuestas industriales y estratégicas para el sector aéreo, la interpretación y coordinación con otras administraciones públicas y con la Unión Europea en materia de política de transporte aéreo, y el refrendo de las circulares aeronáuticas.

La AESA se constituyó de acuerdo con el mandato de la Ley 28/2006, por la que se constituyeron agencias estatales con el objetivo de modernizar la administración española. Se rige principalmente por el Real Decreto 184/2008; tiene la responsabilidad de ejercer la inspección y la potestad sancionadora en materia de aviación civil y tiene la iniciativa de aprobar las disposiciones relativas a la seguridad aérea y a la protección de los pasajeros, entre otros muchos temas.

La peor fase de la historia de la aviación ya ha pasado

En cierto modo, al igual que los sitios que ofrecen las tragamonedas Chile, el sector superó la pandemia mundial del COVD-19 mucho mejor de lo esperado.

Muy cierto, los ingresos por pasajero kilómetro (RPK) en 2020 y 2021 fueron un 66 y un 58% más bajos en comparación con 2019, respectivamente. Sí, aproximadamente dos tercios de la flota mundial estaban aparcados en el peor periodo de la pandemia, y sí, cientos y cientos de entregas de aviones se retrasaron o incluso se cancelaron.

Sin embargo, la demanda de viajes se recuperó con el despliegue de las vacunas y las previsiones de una recuperación total del sector son ahora mucho más brillantes que en las profundidades de la crisis de la COVID-19. El gasto en mantenimiento, reparación y operación (MRO) está aumentando de nuevo y los dos principales fabricantes de aviones han anunciado o se prevé que anuncien aumentos de la producción.

Sin embargo, incluso el analista más esperanzado del sector se mostraría cauteloso a la hora de afirmar que hay cielos despejados por delante. Nuevos y viejos retos podrían frenar el camino de la recuperación.

Inestabilidad geopolítica

El panorama global e interconectado de la industria de la aviación implica que las aerolíneas, los arrendadores, los MRO y los proveedores son extremadamente vulnerables a factores externos fuera de su control. Esto se hizo evidente con el ataque de Rusia a Ucrania en febrero de 2022. El espacio aéreo sobre ambas naciones se cerró y se prohibió a los aviones rusos entrar en el espacio aéreo de muchas naciones occidentales.

Las sanciones económicas impuestas a Rusia hicieron que muchas empresas aeroespaciales occidentales dejaran de operar allí. Tanto Airbus como Boeing tenían entre 350 y 400 aviones operados por compañías rusas cuando se instituyeron las sanciones.

Aunque estos movimientos iniciaron dificultades para las empresas aeroespaciales rusas, el impacto de las sanciones va en ambas direcciones. Encontrar una nueva fuente de materias primas de valor incalculable no sería una hazaña en el mejor de los casos, pero hacerlo en medio de una crisis de la cadena de suministro mundial está destinado a ser problemático.




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