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  • El informe analiza un año más la evolución socioeconómica y política en España, esta vez centrada en las consecuencias de la pandemia.
  • Vulnerabilidad social. Con la pandemia “se han incrementado los riesgos sociales y la situación de vulnerabilidad de las personas más excluidas”. El aumento de la vulnerabilidad estructural afecta especialmente a las mujeres, a los jóvenes y a los hogares monoparentales con mujeres al frente.
  • Educación y sanidad. El sistema sanitario y el sistema educativo han sido dos baluartes frente a la pandemia, con un alto coste emocional para sus profesionales y revelando brechas sociales y debilidades estructurales que hay que afrontar.
  • La vida virtual y los jóvenes. Con la pandemia, el 80% de los jóvenes entienden que las relaciones por Internet generan más confianza que las relaciones cara a cara, aunque al mismo tiempo reconocen que los aíslan de quienes los rodean.
  • Cuidado de los mayores. La pandemia revela las debilidades del modelo de cuidado de las personas mayores y especialmente de las residencias.
  • Economía. La hostelería y las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento han sido los sectores económicos más afectados por la pandemia, con caídas de facturación de más del 40% en 2020 respecto a 2019. Esto influye en el aumento del desempleo, que afecta sobre todo a las mujeres y a los jóvenes.

Hoy se ha presentado en la Universidad Pontificia Comillas la edición número 28 del Informe España de la Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la universidad, un trabajo anual de investigación que analiza la realidad socioeconómica en España año tras año. El informe revela que el 60% de la población considera que la pandemia le está haciendo cambiar su forma de vivir, de pensar, de cuidar la salud y de relacionarse socialmente. También subraya que las desigualdades sociales han aumentado a consecuencia de la pandemia y que la pobreza cada vez es más intensa, confirmando que se feminiza, haciéndose más patente entre los jóvenes. “La pobreza afecta más a los niños y a los hogares monoparentales con mujeres al frente, que son los más vulnerables al impacto de la pobreza”, se lee en el informe.

En este sentido, en el capítulo “La economía española ante la Covid19: efectos, retos y soluciones”, se destaca que “siguen manteniéndose los desequilibrios de género, y el incremento de desempleo a lo largo del año fue mayoritariamente del lado femenino”. Además, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en España ha aumentado alrededor de un 1% desde 2019, situándose en el 26,4%, la cuarta peor cifra en el conjunto de Europa.

Según el informe “asistimos a la erosión de los cimientos de la integración social”, y se refiere explícitamente a la pobreza y la desigualdad social, que “esta crisis ha intensificado”. Agustín Blanco, director de la Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, responsable del informe, subraya, citando el informe, que “la pobreza se intensifica, y las personas y hogares más pobres ven agravada su situación, mientras que otros que estaban en los umbrales de la pobreza antes de la pandemia pasan a empeorar su situación”.

Economía y juventud

50.000 empresas dejaron de estar activas entre febrero de 2020 y febrero de 2021, lo que representa el 3,6% de las inscritas en la Seguridad Social. Aunque la crisis entre febrero de 2020 y febrero de 2021 incidió en todos los sectores destaca la caída de facturación en la hostelería (45%), aunque también la industria manufacturera se vio muy afectada, con una caída del 13% de su producción. Como destaca el informe, existen “importantes niveles de desempleo en determinados colectivos, como jóvenes, mujeres, personas con discapacidad y mayores de 45 años”. Y se resalta la situación de la tercera edad y de los hogares unipersonales, que se incrementan entre la población mayor. De hecho, como revela el informe, más del 42% de las mujeres de más de 85 años viven solas, mientras que solo el 21% de los hombres lo hace.

Al otro lado del espectro, los jóvenes han aumentado el uso de tecnología, lo que ha influido en sus relaciones sociales. De hecho, el informe recuerda que el 80% de los jóvenes entienden que las relaciones por Internet generan más confianza que las relaciones cara a cara, aunque, al mismo tiempo, “el 75% está de acuerdo con que el uso de estas tecnologías favorece que las personas se aíslen de los demás, pasando más tiempo con las pantallas que con las personas que les rodean de forma más inmediata”.

El Informe España 2021 confirma que los jóvenes y las personas desempleadas son los dos grupos especialmente perjudicados durante la pandemia y los que registran niveles más bajos de bienestar, se sienten en general excluidos de la sociedad y presentan mayor riesgo de sufrir depresión. La tasa de abandono temprano de la educación y formación sigue siendo muy elevada en 2020 (20,2% entre los hombres y 11,6% entre las mujeres), los que nos sitúa como segundo país de la UE, solo por detrás de Malta, con mayor porcentaje de jóvenes entre los 18 y 24 años que no tiene estudios medios y que no sigue realizando ninguna formación.

El informe también destaca el impacto de la pandemia y el cierre de los centros educativos que, en términos generales, han sido negativos para los jóvenes, pero de menor intensidad de lo que se podría haber esperado y muy concentrado en el principio del confinamiento. Y respecto a los docentes, destacan especialmente el impacto de la pandemia en su bienestar emocional, aunque más del 50% de españoles ha mejorado su opinión respecto al personal docente, siendo este uno de los colectivos que más ha mejorado.

Sistema sanitario, fortalezas y debilidades

A pesar de las dificultades iniciales, para las que ningún país estaba adecuadamente preparado, el sistema sanitario español ha respondido razonablemente bien a la pandemia, gracias sobre todo a la fortaleza de carácter, vocación y excelente capacitación técnica de todos los profesionales de la salud.

Al mismo tiempo, la crisis sanitaria ha puesto de relieve la necesidad de refundar la atención primaria, prestar mayor atención a nuevas profesiones y al papel de la enfermería, desarrollar la especialidad de medicina preventiva y salud pública y, sobre todo, impulsar la formación continua, poner fin a la temporalidad de los profesionales sanitarios y su consiguiente precariedad laboral.

Cuidado de las personas mayores

Más del 40% de las muertes relacionadas con la COVID-19 se hallan vinculadas a las residencias de mayores. La pandemia ha visibilizado importantes carencias en el actual sistema de cuidados a los mayores y muy especialmente en las residencias. La COVID ha agravado aún más el problema que supone la precariedad laboral de las profesionales del cuidado, mujeres inmigrantes en su mayoría, con poco apoyo familiar y social, inestabilidad en el empleo, salarios muy bajos y formación escasa.

El informe incide en la necesidad de avanzar en la paulatina reconversión de las residencias tradicionales en unidades de convivencia, habitadas por grupos pequeños de personas con profesionales estables y una vida cotidiana normalizada y con sentido para ellas. Todo ello en un entorno hogareño facilitador de la generación de un clima familiar, cálido y de preservación de sus capacidades.

El sistema autonómico se refuerza con la pandemia

La crisis de la COVID-19 ha ayudado a reconocer los valores intrínsecos de todo proceso de descentralización. Su gestión se ha convertido en un buen ejemplo de reconocimiento del principio de subsidiariedad y la bondad de la proximidad en la toma de decisiones.

La crisis ha supuesto una llamada de atención sobre la ausencia de organismos administrativos mixtos, que presten servicios tanto al Estado como a las comunidades autónomas. Además, el informe señala que la gestión de la crisis no ha conseguido crear un sistema de cogobernanza real, en el sentido de adopción conjunta de medidas.




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