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El que sobrevive es el que mejor se adapta al medio, pues bien, los juristas parecen tener pavor a estas palabras y rechazar casi por naturaleza el tener que innovar para así adaptarse a los cambios que vivimos. Y es por esto que veremos a lo largo del ensayo que aquellos pocos que lo hacen, son los que triunfan. Pondremos casos como los de las compañías como Attenex, Avvo o Metajure. Explicaremos que la innovación debe empezar por la base de la pirámide, que es la educación, en la propia facultad de derecho. Pero también debe seguir en el mundo laboral y esto es fácil gracias a una herramienta que está al alcance de casi todos, el internet, en el que ahora se permite promocionarse en páginas como laboris.net, consultar dudas… Y yendo más allá en el mundo laboral, el uso de los hackatones que permiten acercar la tecnología al sector legal. Y hablando de acercar sectores, mostraremos la genial idea que tuvo México de usar programas televisivos comentados para crear un ecosistema entre el derecho y la ciudadanía. 

Decía Darwin que el que sobrevive es el que mejor se adapta al medio, pues bien, hoy en día en un mundo en el que los cambios son constantes, en el que  la tecnología nos hacer locuras tales como la obsolescencia programada; o te adaptas o te comen.

La gran mayoría de la población se ha dado cuenta de esto, y es por ello que ha habido enormes avances, en la medicina, en la arquitectura, en el mundo empresarial, pero…

¿ Ha habido innovación en la abogacía, en los juzgados, en notarias y registros?

El sector de la abogacía está sentado en las gradas esperando a alguien que puede no aparecer nunca, mientras el mundo se transforma a su alrededor (Smith, 2015). Esta despreocupación por estar al día, por ir de la mano con los avances tecnológicos, puede que venga del hecho de que la innovación no es una habilidad que se suela enseñar en la facultad de derecho y tampoco aparece por haber ejercido la profesión (Ribas, 2014).

Es por este atraso generalizado en el uso de tecnologías y por esta falta de innovación, que aquel profesional que decida subirse al carro del siglo XXI y adaptarse a los cambios, tendrá mucho terreno ganado y le será fácil triunfar en lo que hace. Ejemplos de esto fueron compañías como Attenex, Metajure o Avvo, que buscaron problemas del sector legal  como eran la dificultad de encontrar rápidamente datos en los miles de ficheros, o dónde guardar tantos libros llenos de casos e incluso Avvo, fue más allá y dio una doble solución, compaginó mediante una aplicación a aquellos que necesitaban un abogado de forma urgente con aquellos abogados que no tenían trabajo, cambiando quince minutos de consejos por cuarenta dólares  (Fisher, 2013).

Por otro lado  una de las innovaciones de las que más se habla hoy en día es de los hackathones,(1) . Este año, ha habido diferentes hackathones como el de, JustiApps  o el acogido en la ciudad de Barcelona, el Legal Hackaton. En este, diez equipos multidisciplinares asumieron un reto: aportar respuestas a un problema que tendrán que resolver en menos de veinticuatro horas con una herramienta digital viable (Revilla, 2015).

 Es cierto que ha habido innovación, como la ya mencionada o como la que ha proporcionado internet, que ha facilitado la contratación de extranjeros, gracias a que podrán enviar su curriculum vitae vía online o apuntarse en páginas de búsqueda de trabajadores como laboris.net. O dejando a parte internet y centrándonos en otra herramienta que hay en casi todos los hogares, la televisión, ahora en países como México, se han creado canales que transmiten consejos jurídicos, aclaran conceptos, o simplemente ponen series de abogados y las comentan al final con la intención de acercar el derecho a la ciudadanía.

Pero falta mucho camino por recorrer porque la firma de un notario, la sentencia de un juez o la defensa de un caso,  hoy por hoy aún no puede ser sustituidas.

Las innovaciones de las que hemos hablado, son todas innovaciones de procedimiento. No implican un cambio en el derecho en sí, pero si el mundo cambia, que cambiará y aparecen nuevas tecnologías, tales como coches self-driving, robots, clonaciones, drones… también se necesita que aparezcan nuevas leyes innovadoras, que regulen estos escenarios, hoy por hoy hipotéticos (Haldfield, 2008).

Montserrat Pardo Iglesias, estudiante de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas. 

 

 

 

 

Referencias

Smith, M. F. (2015). Lawyers and Innovation: Waiting for Einstein. Professional Lawyer, 23(2), 38-50.

Hadfield, G. K. (2008). LEGAL BARRIERS TO INNOVATION: THE GROWING ECONOMIC COST OF PROFESSIONAL CONTROL OVER CORPORATE LEGAL MARKETS. Stanford Law Review, 60(6), 1689-1732.

Ribas, A. F. (2014). La asignatura pendiente de la formación jurídica. Revista De Docencia Universitaria, 12(3), 17-47.

Fisher, R. (2013). Future law. New Scientist, 219(2934), 40-43.

Revilla, JM. (2015) Barcelona, capital de la innovación en el sector legal. ITespresso

Espejo, MªJ (2015) Hackathones: Un nuevo canal de innovación para el sector legal. Expansión. Recuperado de: http://www.expansion.com/ blogs/espejo/2015/05/06/hackathones-un-nuevo-canal-deinnovacion.html

 

(1) En primer lugar, se exponen unas ideas para desarrollar apps: los "retos" del hackathon. Después, los participantes, que van desde prestigiosos programadores a curiosos con ganas de aprender, tienen un tiempo determinado (de entre dos días a una semana) para hacer esa app realidad. (Espejo,2015)




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