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  • El premio “Alicia Salcedo” reconocerá la labor de personas o entidades que desde el mundo jurídico hagan efectiva la igualdad entre hombres y mujeres. 

Alicia García-Salcedo González, colegiada número 287 del Colegio de Abogados de Oviedo, fue la primera mujer que ejerció la abogacía en Asturias y en reconocimiento a su labor pionera como letrada,  el ICA Oviedo ha puesto su nombre al Premio a la Igualdad que este año ha convocado en su primera edición para reconocer la labor de quienes, desde su posición profesional en la rama de las ciencias jurídicas, trabajan por hacer factible la igualdad de trato, erradicando la discriminación por razón de sexo.

50028535Alicia Salcedo –que así se llama el galardón ahora instituido- nació en Oviedo en julio de 1903. Hija del magistrado José García Salcedo y sobrina de abogados, obtuvo el título de Bachiller en 1932 y se matriculó en Derecho en la Universidad de Oviedo, obteniendo unas muy meritorias calificaciones académicas y mostrando ya una clara inclinación hacia la rama penal, como más tarde se evidenciaría en su trayectoria profesional y como prueba un trabajo que realizó en la Universidad para mejorar su nota de Derecho Penal y que tituló “Delincuencia  infantil: sus factores y sus causas”.

En noviembre de 1935 solicitó su incorporación al Colegio de Abogados de Oviedo –que en sus estatutos de 1922 había abierto sus puertas a las mujeres, hasta entonces postergadas de la profesión- , siendo admitida en calidad de ejerciente con el número 287. De esta forma se convirtió en la primera abogada que ejerció la profesión en Asturias, pues aunque sólo un mes antes se había incorporado al Colegio de Abogados de Gijón otra mujer, María del Carmen Menéndez Manjón, ésta  lo hizo como no ejerciente.

Salcedo abrió despacho en el número 12 de la calle Santa Susana, de Oviedo, y ejerció la profesión durante algo más de 20 años. Tal y como se relata en el libro “Memoria del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo”, en su capítulo dedicado a la Mujer y abogacía en Oviedo, “su debut profesional en los tribunales fue la defensa del denominado El Francesito, acusado de delito de robo con homicidio; causa en la que obtuvo para su patrocinado una rebaja de nueve años respecto a la pena inicial solicitada por el fiscal”.

La revista Estampa (Madrid) en su edición del 18 de enero de 1936 dedicó un reportaje de tres páginas a Alicia Salcedo, firmado por Miguel de Lillo bajo el siguiente titular: “La primera abogada de Asturias”. En él, la letrada ovetense se muestra como una activista de derechas y católica, ideas que defendió participando en mítines electorales y actos religiosos. Y en el plano profesional, advierte que nunca será acusadora en un proceso penal. “Yo no vestiré jamás la toga para acusar a nadie. Yo soy una mujer”, responde a preguntas del periodista. Y aclara: “tengo un concepto muy mío sobre las actividades que la mujer ha de desarrollar  en la sociedad; el papel que nos debe estar reservado es el de mujer. No concibo la silueta femenina señalando con el dedo hacia el presidio o la horca”.

En la entrevista expresa también su predilección por el Derecho Penal  y apoya la doctrina del padre agustino Jerónimo Montes, al tiempo que declara su admiración por “un penalista maravilloso”, el catedrático de la Universidad Central de Madrid Luis Jiménez de Asúa.

Alicia Salcedo dio un nuevo rumbo a su vida a comienzos de la década de los 60 del pasado siglo, cuando se trasladó a vivir a Venezuela y en su capital, Caracas, fundó el colegio español de enseñanza media mixto Diego de Losada, en homenaje al conquistador español y fundador de Santiago de León de Caracas, en 1567. l que fue directora hasta su jubilación, en 1984.

Además de dirigir el colegio hasta su jubilación, en 1984, durante su estancia en la capital venezolana Salcedo mantuvo una intensa actividad cultural e intelectual, organizando representaciones de teatro clásico, festivales o mesas redondas, y colaborando con diferentes medios de comunicación.

En 1984, año de su regreso a España, visitó el Colegio de Abogados de Oviedo al que donó la toga que utilizó durante sus años de ejercicio como letrada y que desde entonces se expone en la sede colegial.

Alicia Salcedo falleció en Llanes el 5 de enero de 2003. Tenía 99 años.

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