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Cuando se propaga entre familiares o amigos, un rumor puede quedarse en simplemente eso, una anécdota entre conocidos. Sin embargo, cuando los rumores se extienden por diferentes vías por medio de Internet, esos relatos se vuelven verdaderos bulos, cada vez más grandes y capaces de alcanzar a miles de personas que toman por verídicas informaciones totalmente falsas.

Los bulos en la red pueden ser de muchos tipos, desde aquellos sobre salud, con todo tipo de remedios milagrosos para las enfermedades, pasando por los que alertan de falsos peligros en un determinado sitio, bulos políticos, sobre personajes públicos, historias sobre los virus que pueden infestar tu dispositivo si no reenvías un mensaje determinado y hasta estafas por Internet por medio de incentivos falsos.

Todos los bulos tienen su origen en personas, una o varias, que se dedican a crear y propagar estas historias fraudulentas no para perjudicar con desinformación a una sola víctima, sino para que sea extendido de manera masiva.

A veces pueden sortear la justicia, pero, en muchos otros casos, estas personas no salen impunes. Existen varios tipos de delitos que se pueden cometer en la creación de un bulo y que nos pueden llevar incluso a la cárcel.

Delitos contra el honor

El delito contra el honor consiste en expresiones que tienen como objetivo dañar la honorabilidad de alguien. Las calumnias y las injurias son dos tipos de esos delitos:

  • La calumnia es, según nuestro código penal, la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, es decir, afirmar que alguien ha cometido un delito sabiendo que no ha sido así, solo para desprestigiar a esa persona o empresa o para provocarle un daño aún mayor. Esto es sin duda el caso de muchos bulos, que, solo con el hecho de propagarse, ya causan un perjuicio a la víctima o las víctimas, independientemente de que luego se destape su verdadera naturaleza de bulo. La calumnia puede suponer una multa o incluso pena de prisión de hasta dos años si se hace con publicidad, es decir, si se difunde por medios como imprenta, radio, u otros similares, como es el caso de muchos bulos que se propagan por diversos medios como páginas web y redes sociales.  
  • Por otro lado, la injuria, igualmente contra el honor o la buena fama de un individuo o una empresa, se considera toda expresión ejecutada en deshonra, descrédito o menosprecio de otra persona, atentando contra su reputación o contra su propia estima.  Si la injuria se considera grave y, como en el caso de la calumnia, es hecha con publicidad, se sancionará con multas de hasta 14 meses. En el caso de que la injuria suponga solo insultos no llevara aparejada sanción alguna.

Incitación al odio

La Constitución Española recoge claramente el derecho a la libertad de expresión.  No obstante, el insultar o humillar a una persona no está amparado bajo este derecho. Muchos bulos en las redes sociales no solo se utilizan para dañar la imagen de alguien, sino que van más allá, cuando se fomenta, promueve o incita al odio, hostilidad, discriminación o violencia.

Ello constituye un delito de incitación al odio, recogido en nuestro Código Penal tras la última reforma, y que se castiga con pena de prisión de uno a cuatro años, además de una multa. La víctima de un delito de este tipo puede, además, reclamar una indemnización. Todo delito lleva aparejada responsabilidad civil, que se podrá solicitar bien en la propia vía penal o en vía civil previa reserva de acciones en el proceso penal.

Delito de desórdenes públicos

Difundir un bulo alentando a una rebelión o a cualquier tipo de altercado que altere la paz pública es otro delito que se puede cometer al crear historias falsas en la red, y que se puede castigar con penas de seis meses a tres años de prisión.

Falsas alertas de seguridad

Relacionado con el anterior delito, encontramos el de informar sobre falsas emergencias o alertas de seguridad. A la mayoría de nosotros nos ha llegado alguna vez un mensaje o correo alertando sobre una amenaza terrorista, una catástrofe natural o sobre algún otro tipo de grave peligro del que debemos estar prevenidos.

Este delito de fingir una situación de peligro para generar temor y alarma social en el que se moviliza a los servicios de emergencia o a la policía está recogido asimismo en el Código Penal, y se castiga con una pena de hasta un año de prisión y una multa.

Delito de estafa

Por último, otro ejemplo de bulo muy común y sin lugar a dudas delictivo es el que se utiliza para cometer una estafa, por ejemplo, pidiendo a las personas que rellenen unos formularios o encuestas con la promesa de recibir un premio o algún regalo gratuito.

Por supuesto, este regalo nunca llega y, por el contrario, los creadores sí se quedan con los datos personales, entre los que se pueden encontrar miles de datos bancarios. Según el III Estudio sobre bulos y fraudes en Internet realizado por la Asociación de Internautas, a un 62% de los internautas españoles le han pedido cambiar sus datos de acceso a sus cuentas bancarias, mientras que el 6,5% de los encuestados ha sido víctima de una estafa por Internet y el 37% conoce a alguien que ha sido víctima.

En este caso, la pena a imponer depende del importe de lo defraudado, y de otros factores como el quebranto económico causado al perjudicado o los medios utilizados por el estafador.

Y bien, ¿qué hago para denunciar un bulo?

La Oficina de Seguridad del Internauta aporta algunos consejos ante los bulos, como contrastar lo que nos envíen confiando en fuentes oficiales o fidedignas, desconfiar de los mensajes con petición de reenvío y de aquellos con aspecto alarmante y sensacionalista.

El Observatorio de los Bulos de Salud en Internet, una iniciativa de la Asociación de Investigadores en eSalud, recomienda, por su parte, denunciar los bulos que hayamos detectado en la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o en el Cuerpo Nacional de Policía, que son quienes tienen los recursos necesarios para poner fin a estas prácticas.

Desde Legálitas apoyamos todas estas recomendaciones. Es importante destacar asimismo que los bulos por Internet y redes sociales no solo son molestos y perjudiciales, sino que son algo serio y pueden tener consecuencias muy peligrosas. Pueden constituir un delito, no importa que haya sido cometido “online” o en persona.




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