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En caso de ser propietarios de un vehículo estamos obligados a tener un seguro de responsabilidad civil que como mínimo cubra aquellos daños que podamos provocar a otro como consecuencia de la circulación. Ahora bien, explica el abogado de ARAG, Jordi Marí, pueden darse circunstancias en que surja un conflicto con nuestra propia compañía y es ahí donde puede ser fundamental el contar con un seguro independiente de defensa jurídica.

Es frecuente el caso en que sufrimos un accidente y casualmente el otro vehículo implicado tiene la misma compañía de seguros que nosotros. En este supuesto, nuestra compañía coincide con la contraria y tomará partido a favor de uno de los dos implicados y, en el caso que no estemos conformes con que nos atribuyan la responsabilidad del accidente o no estemos de acuerdo con la indemnización que nos ofrezcan, se producirá un conflicto de intereses ya que la aseguradora no puede poner un abogado de la compañía para reclamarse a sí misma.  En este supuesto es fundamental contar con un asesoramiento independiente y a la vez alguien que pueda defender tus intereses frente a la  aseguradora. Lo mismo ocurre con los convenios de indemnización directa entre aseguradoras ya que ahí coincide la compañía que debe pagar con la que debe llevar la defensa jurídica por lo que ya no existe esa imparcialidad.

Contar con el asesoramiento independiente de una aseguradora especializada en defensa jurídica permite valorar la viabilidad de una reclamación y gestionarla, estudiar la conveniencia o no de aceptar una indemnización por accidente o consultar acerca de la responsabilidad del siniestro entre otras muchas gestiones.

Otros casos típicos son los conflictos que pueden surgir con nuestra propia compañía de seguros en los conocidos como seguros a todo riesgo. Es decir, cuando el responsable del accidente es el propio asegurado y es la compañía de éste la que debe reparar el daño del vehículo. Pensemos, por ejemplo, en que nos declaren el vehículo siniestro total y no estemos de acuerdo  o que no estemos conformes con la valoración de los daños que hace el perito.

Los seguros de defensa jurídica, además, suelen tener unas garantías complementarias que puede que no ofrezca el seguro obligatorio de responsabilidad civil y que conviene tener en cuenta. Además del asesoramiento jurídico antes mencionado y la representación de un abogado para reclamaciones amistosas y judiciales, puede tener coberturas como la defensa jurídica en caso de que nos pongan una multa, el pago de cursos para recuperar puntos del carné de conducir o recuperar el propio permiso en caso de perderlo por pérdida de todos los puntos, un subsidio mensual en caso de perder todos los puntos del carné o la representación en juicio en caso de ser denunciados por un delito contra la seguridad vial (alcoholemia, conducción temeraria, etc).

Es por todo ello que el seguro de defensa jurídica  se plantea como un complemento ideal al seguro que la Ley nos exige tener.




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