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Abogada, licenciada en Derecho, Máster en Estudios Jurídicos Internacionales (New York University) y en Derecho Ambiental (London University), Ana Barreira se interesó por el derecho ambiental hace más de 30 años, cuando era un concepto que apenas se escuchaba en España. En 1997 fundó el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), una organización sin ánimo de lucro pionera en Europa y la primera en España de estas características. Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Barreira ofrece su visión sobre cómo ha evolucionado el rol de las mujeres juristas dedicadas a la defensa del planeta y su papel en el proceso de la transición energética.  

Usted fundó el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) hace más de 25 años. ¿Cómo ha cambiado el derecho ambiental en estos años?

Más que cambiar, se está produciendo una evolución. De hecho, cuando fundé el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente ya existía una gran diversidad de normas de protección del medio ambiente, tanto en el plano internacional —convenios internacionales como el convenio marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático o la Convención sobre la Diversidad Biológica, entre otros— como a nivel europeo —directivas y reglamentos— y normas en el plano estatal —normas ambientales aprobadas por el Estado español y también algunas de las comunidades autónomas—. Ahora se ha producido una mayor concienciación de la sociedad, producto de la existencia de evidencias científicas, y el derecho responde a sus necesidades. Se ha impulsado la aprobación y mejora de más normas internacionales, lo que tiene un reflejo en la legislación de la UE y estatal. Ahora mismo contamos con una diversidad de normas ambientales espectacular, pero necesitamos trabajar más en su aplicación y cumplimiento.

¿Cómo ha evolucionado el papel de las mujeres en el derecho ambiental?

Cuando empecé a interesarme en el derecho ambiental había pocos profesionales que se dedicaban a esta materia. En otros países ya había más paridad, pero en España destacaban sobre todo las mujeres. Había también algunos hombres, por supuesto, pero más juristas. Supongo que se debe, en parte, a la sensibilidad que tiene la mujer frente a los problemas que afectan a las sociedades. En la actualidad, cada vez hay más mujeres que están abordando esta materia. En el IIDMA trabajamos en la defensa del medio ambiente, mientras que en otros puestos del sector jurídico hay abogadas que trabajan más en la defensa de los intereses de las empresas, no en el interés ambiental per sé.  

¿Qué papel cumplen las mujeres juristas dedicadas a la defensa del medio ambiente?

Las mujeres que pertenecen al ámbito jurídico desempeñan un papel fundamental, pues velan porque las normas en materia ambiental se apliquen correctamente defendiendo el Estado de derecho. Este trabajo no necesariamente se lleva a cabo en posiciones de alto nivel. Sin embargo, su contribución es esencial para un mundo en el que se tengan en cuenta las interacciones entre los ecosistemas de la Tierra. Desde el IIDMA, organización impulsada por mujeres juristas, llevamos 25 años trabajando para que los compromisos relativos a la dimensión ambiental del desarrollo sostenible se apliquen correctamente con el propósito de contribuir a la protección de nuestro planeta. 

¿Qué temas son más relevantes en la actualidad para el derecho ambiental?

Sin lugar a dudas, la agenda en temas de derecho y política ambiental la marcan las evidencias científicas. Naciones Unidas ya nos ha indicado que estamos ante una triple crisis planetaria debido al cambio climático, a la pérdida de la biodiversidad biológica y a la contaminación. En estos tres sectores el derecho ambiental da muchas respuestas. Por centrarme en uno, la lucha contra el cambio climático es esencial. Tras la adopción del Acuerdo de París, el sector energético ha adquirido mucha relevancia y el derecho establece medidas para regularlo y reducir sus emisiones y sus impactos ambientales.

En el informe “Energías Renovables: una Perspectiva de Género”, de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), se afirma que existe un 32% de participación de la mujer en la fuerza de trabajo del sector de las energías renovables. ¿Por qué las mujeres enfrentan tantos obstáculos para acceder al mercado laboral de dicho sector? 

Me gustaría tener datos más específicos sobre la fuerza de trabajo del sector de las energías renovables. Sería interesante ver si estas mujeres trabajan también en la instalación de las renovables o se centran más en la parte de servicios, o cuál es la presencia femenina en los consejos de administración de las grandes empresas energéticas. Me parece que un 32% no es una cifra baja si tenemos en cuenta que las renovables llevan varias décadas en marcha, pero el sector energético todavía depende mucho de los combustibles fósiles. Estoy convencida de que la tendencia va a ser un aumento de la participación femenina. El despliegue de las energías renovables, en Europa y en otras regiones del mundo, está siendo espectacular. No solamente por la guerra en Ucrania sino por todo el trabajo realizado previamente.

Ante este contexto, ¿le consta alguna medida para avanzar en la igualdad de género en el sector energético? 

Era evidente que en los consejos de administración de las grandes empresas de combustibles fósiles no había presencia femenina. Esto es un indicador de quiénes decidían en este sector y adónde nos ha conducido. Al mismo tiempo, sé que se están tomando medidas. La Unión Europea recientemente aprobó una directiva para impulsar la paridad en los consejos de administración de las grandes empresas cotizadas. El Consejo de Ministros de ayer presentó un anteproyecto de Ley para garantizar la paridad e impulsar que haya más presencia femenina en órganos de decisión tanto públicos como privados. Por tanto, creo que sí se están adoptando medidas, aunque quizá lleguen un poco tarde. Pero hay que incorporar la fuerza femenina no solo en los consejos de administración, sino a todos los niveles.

¿Qué consejo les daría a las nuevas generaciones de jóvenes juristas que se están especializando en derecho ambiental? 

Que investiguen, estudien y trabajen dejando de lado las redes sociales. En las redes aparecen grandes titulares con muy poca información. Realmente, para ser buen jurista en materia de derecho ambiental hay que estudiar los convenios, las leyes y otras normas, las sentencias... Asimismo hay que entender la parte técnica, y eso no se encuentra en las redes sociales ni en los titulares.




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