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¿Por qué cuando oímos que se procesa a deportistas, nunca oímos que se procesa a los “cooperadores necesarios”, a los operadores que diseñaron y empaquetaron las fórmulas de planificación fiscal agresiva que ahora se consideran delictivas (en España, ¡eh!, esto es muy castizo)? Recuerden que en España Tim Cook o el CEO de Google estarían en la cárcel, y no negociando con gobiernos sobre los impuestos a pagar.

¿Por qué nada se dice de los agentes que negociaron esas fórmulas como parte de sus contratos? ¿Por qué nada de los clubs de futbol que, en el fondo, son lo que alientan estas estrategias porque es de ellos de quien es el ahorro fiscal final? ¡El futbolista cobra neto! Los papeles y los impuestos son cosa del club, ¿o no?

¿Recuerdan la “Ley Beckam” o la “Ley Florentino”? ¿Era para Beckam o era para el Madrid y demás?

--- Los futbolistas como “aviso a navegantes” de Hacienda: una estrategia sistemática de amedrentamiento

Este fin de semana ha vuelto a salir en prensa generalista, por todo lo alto, una noticia sobre el inicio de un proceso penal contra un futbolista por un supuesto delito de defraudación tributaria. En este caso, Xabi Alonso. Me aburre sobremanera seguir los casos de Messi o de este chico brasileño tan talentoso, Neymar se llama ¿verdad? Ya ven que el fútbol me interesa más bien poco. Seguro que hay de todo por detrás de eso.

La lucha contra el fraude fiscal, en serio, en España, parece que se inició con el procesamiento de Lola Flores, Lola de España. ¡La Lola en el Juzgado, porque dice que ella no sabía nada de eso de los impuestos...!

Siempre me ha parecido un tipo interesante, este Alonso (también el otro, el de los coches). Quizás su apertura, para atreverse a saltar de Donostia a Inglaterra, y hacer carrera en el Liverpool; y luego terminar en Alemania, pasando por España una temporadita... Lo que se dice, ¡un vasco global! Quizás por su presencia pública siempre comedida, su liderazgo discreto, su imagen cuidada... Lo que se dice, ¡un vasco moderno!

Por eso me ha sabido mal ver su nombre asociado a un episodio de delincuencia tributaria. Al fin y al cabo, ¿son todos los futbolistas unos delincuentes tributarios?, ¿tienen algún gen que asocia el talento futbolístico y la tendencia irrefrenable a delinquir?

Y si, por supuesto, esta pregunta es una chorrada, sin embargo, ¿por qué sigue ocurriendo todo esto, tan recurrentemente, uno tras otro, gota a gota?

En primer lugar, esto sale en la prensa de forma recurrente y destacada, porque forma parte de una política de comunicación muy efectiva. Lola Flores fue el modelo: todo el mundo debe saber que si no pagas impuestos correctamente acabas en la cárcel, o arrastrado por el juzgado con “pena de banquillo” y “pena de telediario”. ¡Paga un millón y medio y déjate de líos! ¿Hay argumento más convincente?

--- El futbolista como monigote, “pim, pam, pum”

El futbolista es un señor que juega al fútbol y gana mucho dinero haciéndolo. No es un asesor fiscal, ni un agente FIFA, ni un experto en contratos: el futbolista tipo, a los 20 años o a los 22 no negocia mucho o no negocia nada, otros lo hacen por él; el futbolista, insisto, juega al fútbol.

Que el “ecosistema deporte” es un nido de corrupción no es una sorpresa para nadie: ¡que se lo pregunten a Blatter, Platini o a Villar, o a Lendoiro o a Del Nido, o a Gil y Gil, o yo que sé que más!

En ese ecosistema dejan caer a un chico talentoso que entrena mucho y muy duro en San Sebastián, o en Lezama o en La Masía, o en donde sea... ¿Y que hace el chico de Anoeta?: ¡matarse por jugar en un buen club, por tener una buena carrera, por ganar títulos y, adicionalmente, por ganar un poco de dinero!

Pero ¿qué se espera que haga el chico de Anoeta? Pues se espera que dentro del lodazal de corrupción que nadie es capaz de depurar, el chaval de Anoeta sea tan extremadamente perspicaz como para mantenerse limpio fuera de la cloaca. Se espera que haga valer su criterio (que no existe, no tiene, no sabe) sobre el de los abogados y asesores del club que le contrata (a los que contrató su jefe, el Presidente) y sobre los consejos de su propio agente, que es el que sabe de estas cosas y que está metido en el mundillo y conoce “como se hacen estas cosas”, “como lo hacen todos”. ¡Tú juega al fútbol, que de los papeles y de las gestiones y del dinero ya nos encargamos nosotros!

No es la primera vez que me plantean “servicios de niñera” para jóvenes promesas del fútbol, como idea. La idea es que los chavales de 19 que comienzan a despuntar tienen una gran probabilidad de descarrilar pronto o, si no se vuelven locos antes de comenzar, una enorme posibilidad de terminar arruinados y viviendo de caridad al terminar su carrera, con un empleo de “segurata” en la empresa de algún viejo conocido... (caso real). ¡Necesitan consejo sereno! Y, a cambio de unas buenas perras, siempre hay alguien dispuesto.

¡No, no me hace ninguna gracia lo que el deporte de élite le hace a muchos jóvenes! El “star system” les utiliza como kleenex, usar y tirar, juguetes rotos por todas las esquinas. Claro, en el periódico solo salen “las otras historias”.

--- Monigotes también para la Hacienda Pública

Para la legislación tributaria el TAX & TRICK también es monumental. Los deportistas de élite están sometidos a uno de los expolios fiscales más aberrantes, consagrado en la Ley y remachado sin pudor por la jurisprudencia. O, en el caso de la jurisprudencia del TS, con un cierto pudor patético. Pero claro, ganan tanta pasta que a nadie le importa si el expolio es razonable o no: si alguien puede pagar son ellos, ¿no?

La cuestión es la misma que ya hemos mencionado con anterioridad sobre la “trampa del troceamiento de la renta en períodos impositivos”. Por supuesto, el período impositivo es necesario; pero es una “ficción conveniente” para la gestión anual. La renta es un flujo continuo, y la anualidad es una convención.

¿Qué ocurre? El futbolista puede ganar mucha pasta durante un período de su vida, ¿diez años en el mejor de los casos? Durante esos 10 años va a tributar, casi todos sus ingresos, al marginal máximo (hasta el 56 por 100 según los casos, pero incluso más según algunas propuestas programáticas).

Pero luego, cumples los 32, y el precipicio: ¡nadie llama, el agente se hace el loco, asientos de entrenador no hay para todos, ojeadores ya hay muchos...! Ingresos por trabajo, cero.

Una aproximación justa, y no de “ave de rapiña” a esto, hubiese exigido tener en cuenta esta circunstancia (vida profesional ultra-corta) y corregirla; pero ya sabemos que el legislador tributario solo corrige normas barriendo para casa. Así, un señor futbolista un poco frívolo, puede encontrarse con 34 años, sin trabajo, habiéndose fundido toda la pasta en fiestas, viajes y coches carísimos, o en casas que ya no puede mantener -sí, un auténtico inconsciente, incapaz de pararse en una planificación fiscal agresiva-; y los años anteriores ha pagado impuestos por importe de, pongamos, 2 millones de euros al año durante cinco años..., ¡¡y ahora no tiene para pagar el alquiler!!

Si sus rentas se repartiesen “deshaciendo” la ficción del período impositivo, en lugar de haber pagado dos millones cada año, quizás hubiese pagado solo 1,5 y podría tener dinero suficiente para vivir el resto de su vida..., ¡si el sentidiño le enseña a no fundírselo todo otra vez!

Pero cuando alguien planteó que los ingresos de los futbolistas pudiesen, al menos, ser “rentas irregulares”, para corregir la excesiva progresividad, los “próceres de la patria”, el “entramado institucional tributario” dijo que no, que eran rentas anuales perfectas, de manual, que el hecho de que tuviesen una “vida profesional muy corta” no importaba, que para eso existían..., ¡los planes de pensiones! (y Sres. Magistrados del TS firmando sentencias con estos argumentos..., ¡explíquenselo a sus nietos, fans de Xavi y Casillas!).

--- Y ahora los derechos de imagen, y a hacerles “chantaje legal” con su imagen pública

Otra cloaca infecta. Los futbolistas generan mucha pasta con imagen. Sí, el “negocio de profesionales alrededor de clubes” montó un entramado muy simpático”: colocar los derechos de imagen, muy cuantiosos e inflados o no, en una sociedad en un paraíso fiscal, y traspasarlos a ésta por un precio muy, muy, muy modesto. Luego, el club paga un pastizal a esa sociedad y no al jugador, pero eso tributa en un paraíso fiscal, o mejor “no tributa”, en un paraíso fiscal ni en ninguna parte.

Claro, la práctica es muy “burda”, ¿no creen? Bueno, es un clásico, ¡nada distinto del montaje de todas las grandes multinacionales del mundo-mundial! Traspasan propiedad intelectual a los “patent-box” (oficialmente aprobados por ley, incluso en España) o a territorios de tributación amable, previos acuerdos “sweet”, y luego, cuando se gana mucha pasta y se retribuyen esas patentes o marcas, tributan “nada”.

Las multinacionales “Google” negocian con los gobiernos (caso Reino Unido). Pero Xabi Alonso es arrastrado por los tribunales.

--- ¿Quien es el verdadero responsable del daño a Alonso?

Cualquier ciudadano sensato debiera alucinar. ¿Qué facil es “amenazar con la ley y la carcel y la pena de telediario y la pena de banquillo” a Alonso? ¿Y por qué no están desmantelados los “chiringuitos” (si es que “colocan” paquetes fiscales delictivos a sus clientes) que aconsejan a clubes, agentes y futbolistas? ¿Por qué nadie procesa al Real Madrid, que acuerda formar parte de una planificación fiscal que se dice delictiva? ¿Por qué Florentino Pérez, o quien sea, no tiene esa pena de banquillo y pena de telediario? ¿La Ley Beckam, muñida en el palco del Bernabeu según las malas lenguas, no fue para esto, para que al Madrid se saliese barato fichar, porque el jugador “cobra neto”? ¡Y nos lo colocaron como mecanismo para atraer profesionales de primer nivel para enriquecer el capital humano en la economía española! ¡Ja, ja y ja!

Hay muchos responsables en el daño a la imagen de Xabi Alonso, y casi seguro que él mismo (o los Xabi Alonso del mundo), son los que menos.

¡Aquí siempre se van de rositas los mismos! Y siempre hay una “víctima propiciatoria”. Recuerdo aquello de que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el “chivo expiatorio”.

Pero las responsabilidades van mucho más allá: comienzan en el legislador, el Parlamento español y todos los que “redactan” las normas tributarias que luego con el “botoncito” refrendan unos parlamentarios absolutamente iletrados, por lo menos en estos temas (cuya responsabilidad es no recabar el consejo y asesoramiento preciso para entender qué votan).

El Parlamento diseñó un sistema (atrabiliario, tosco, huraño, eso sí) para imputar rentas por derechos de imagen a futbolistas, y evitar la eficacia de este tipo de planificaciones fiscales. Pues bien, si no fue lo suficientemente diligente para hacerlo rápido, siguen siendo ellos los responsables, ¡por indolentes! (y por eso han salido tantos casos en el “vacío legal” que luego se considera delictivo -los fiscales saben de derecho tributario casi tanto como yo de fútbol, con perdón-). Y si han cerrado mal la puerta para esta planificación fiscal, ¡por torpes!

--- Conclusión: solo Xabi Alonso sale en el periódico

Pero ninguno de ellos va a salir en el periódico. Ni el agente, ni el despacho de abogados que paquetizó la “trapallada”, ni el gerente del club que presionó para que el contrato se firmara así, ni ninguno de ellos: ¡ellos son los que tenían que ser arrastrados delante de la opinión pública!

Por supuesto, tampoco nunca nadie dirá en un telediario que un “parlamentario” o un “estamento oficial redactor de normas” es o “perezoso” o “poco eficaz” a la hora de adoptar las normas que dejen claro, más allá de toda duda, qué es lo que se puede hacer y qué es lo que no se puede hacer para ahorrar impuestos.

Desde este lluvioso pueblo, en medio de ningún sitio, ¡mi solidaridad y reconocimiento para todos los Xabi Alonso, juguetes de un sistema en el que los verdaderos “malos” siempre están escondidos o pasan desapercibidos!




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