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  • Cuando los rendimientos de un trabajador autónomo empiezan a crecer, hay que empezar a considerar qué tipo de formación le es más interesante desde el punto de vista fiscal.
  • Yannick Charton, socio fundador de Valio Consulting, señala que “cuando se empieza a facturar cantidades importantes de dinero puede resultar mejor tributar por el Impuesto de Sociedades, ya que ofrece tipos más atractivos en función de la cantidad de dinero que se ingrese”. 

Todo el mundo quiere que su negocio crezca. Y con ese crecimiento, hay que tener en cuenta todos los costes asociados, así como el modelo de tributación que es más conveniente aplicar. En este sentido, en determinados casos puede resultar conveniente el régimen de trabajador autónomo para establecer una Sociedad Limitada.

“Si los beneficios de un trabajador autónomo son mayores a 40.000 euros, resulta más rentable constituir una Sociedad Limitada para tributar por el Impuesto de Sociedades”, señala Yannick Charton, socio fundador de Valio Consulting.

El experto explica que como autónomo, un trabajador tributa por el Impuesto de Renta de Personas Físicas (IRPF), un impuesto progresivo y, por lo tanto, más elevado conforme vayan aumentando los ingresos.

Por el contrario, al conformar una empresa, “se pasa a tributar por el impuesto de sociedades”, añade Charton, un impuesto que “tiene unos tipos fijos”, por lo que no depende de los beneficios.

En concreto, y como norma general, una empresa tributa un tipo fijo del 25% total de los ingresos, mientras que, a partir de 35.200 euros de ingresos, las personas tributan hasta un 37%.

¿Por qué una Sociedad Limitada?

Charton explica que en términos fiscales cualquier tipo de empresa y sociedad que se conforme es válida para tributar por el Impuesto de Sociedades. Sin embargo, se recomienda “formar una Sociedad Limitada, porque limita la responsabilidad al capital aportado.”

De esta manera, cuando se da el salto de autónomo a empresa, se pone en juego el patrimonio personal, de forma de que, si las cosas van mal al conformar otro tipo de sociedades, el riesgo asumido será mayor.

En este sentido, en términos de imagen, es mucho más conveniente conformar una S.L, “teniendo en cuenta que en los primeros pasos no será tan grande” y la imagen y la garantía de solvencia estarán más acreditadas.

¿Qué hay que tener en cuenta?

“Cuando se conforma una empresa, también hay que llevar un control exhaustivo de la contabilidad para evitar posible sustos con Hacienda, por lo que el tiempo en la gestión deberá aumentar”, afirma el experto de la firma Valio Consulting.

Además, hay que fijarse en si se conforma una Sociedad Limitada de una sola persona o de varias, en cuyo caso habrá que redactar unos estatutos sobre el funcionamiento de la compañía.

Por último, jamás se deja de tributar como persona física, y se pasa a ser un trabajador de la propia empresa, por lo que se “deberán seguir presentando facturas como persona física”, finaliza Charton.




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