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  • El estudio realizado por la Fundación Legálitas revela un importante grado de “autogestión” de los jóvenes a la hora de afrontar situaciones legales. Antes que llamar a un abogado, el 41% acudiría a internet para asesorarse y un 30% le preguntaría a un familiar. Un 56% da credibilidad a la inteligencia artificial y 1 de cada 2 presta poco o nada de interés a los consentimientos que otorga a las redes sociales
  • El 64% “desconoce o no está seguro” de saber las circunstancias en las que podría defender sus derechos a través de las vías legales, en cambio, un 73% percibe un componente preventivo en el asesoramiento

La Fundación Legálitas, que conmemora este año su 10º aniversario, ha preguntado a los jóvenes españoles su opinión sobre la asistencia jurídica: cuándo creen que van a necesitarla, sobre qué materias, cómo quieren recibirla, qué valoran más cuando la reciben o, incluso, si se arrepienten de no haberla solicitado antes de afrontar un problema legal.

El estudio, realizado por la consultora GAD3 para la Fundación Legálitas entre personas de 18 a 35 años, lleva por título “Jóvenes y asistencia jurídica” y desprende conclusiones que dibujan una sociedad en la que conviven jóvenes que tienen muy claro qué hacer, con otros que asumen riesgos y no buscan ayuda profesional a la hora de asesorarse y tomar decisiones importantes con componente jurídico.

En primer lugar, se identifica como 1 de cada 3 jóvenes desconoce o no está seguro de conocer las situaciones en las que puede defender sus derechos, reflejando el desconocimiento existente y el camino que aún queda por recorrer. Cuando analizan los escenarios en los que recurren a esta asistencia, posicionan entre las primeras opciones su contacto con el mundo laboral y su economía personal. La firma de su primer contrato (56%) y los problemas relacionados con una compra online (44%) son sus experiencias con implicaciones legales más cercanas.

A la hora de pedir ayuda, los jóvenes “autogestionan” sus asuntos. Asumen riesgos y optan en muchas ocasiones por alternativas menos fiables. Solo el 28% de los consultados recurriría a un abogado, mientras que un 41% acudiría a internet para encontrar respuestas y un 30% le preguntaría a un familiar. La inteligencia artificial ha entrado con fuerza: el 56% confiaría en ella para asesorarse legalmente.

Relacionado con su forma de actuar destaca un hecho: cuando perciben que son trámites que pueden afectar a su vida diaria o a su futuro laboral prestan más atención. Esto lo demuestra que el 86% lee con detalle su contrato laboral. En cambio, cuando se refiere a su relación con las redes sociales olvidan que están entregando información relevante sobre ellos: 1 de cada 2 presta poco o nada de interés a los consentimientos que otorga al navegar. En cuanto a la aceptación de las cookies, esta proporción se eleva a 2 de cada 3.

Abordando el desarrollo del asesoramiento, los jóvenes son conscientes de las situaciones en las que ven esta ayuda como elemental, piensan que no podrían afrontar solos la firma de su primera hipoteca, un juicio o un asunto laboral. Sin embargo, en su orden de prioridades dejan en su segundo plano ámbitos que tienen una envergadura llamativa como es la contratación de suministros (51%) o los fraudes (26%). A esto se suma que, un 18% asumiría las complicaciones que conlleva un asunto legal sin ningún respaldo por parte de un profesional, mientras que un 60% percibe que está preparado para “comprender y afrontar” un proceso de este tipo. Frente a ello, un 42% reconoce no estar listo.

A pesar de que las cifras desvelan que este segmento de la población se autodiagnostica frecuentemente, 2 de cada 3 está convencido de que necesitará a un abogado en un futuro. Y basándose en su experiencia, uno de cada tres (35%) se arrepiente de no haber contado con un profesional en el pasado. En cuanto a cómo hacer efectivo el asesoramiento, la sociedad evoluciona y busca nuevas formas ágiles y sencillas, pese a que el 33% lo prefiere presencial, 2 de cada 3 jóvenes están abiertos a que el contacto sea híbrido. En general están dispuestos a recibir este servicio a través de diversos canales, pero, eso sí, siempre que las respuestas que obtengan sean rápidas y estén respaldadas por la experiencia de un abogado. Ubican estos factores por encima de la disponibilidad.

En definitiva, el estudio demuestra que los jóvenes califican el asesoramiento legal como un recurso muy útil para evitar problemas, el 73% percibe un componente preventivo muy importante que les permitirá estar preparados y evitar problemas mayores.




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