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Vitoria, 16 oct (EFE).- Un hombre acusado de intentar a asesinar de otro el año pasado en Vitoria ha amenazado de muerte a uno de los testigos clave durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Álava.

El testigo ha relatado que el 13 de julio de 2022 estaba en la terraza de una cafetería de Vitoria con dos amigos -un hombre y una mujer- cuando el acusado se acercó para pedirle que no testificara en un juicio que iba a celebrarse en su contra por robo y agresión sexual a una conocida en común.

Cuando este le ratificó su intención de declarar el hombre "reaccionó de forma agresiva". Tras una breve discusión, el hombre abandonó el lugar pero anunció que volvería. Esto llevó al futuro testigo a cambiarse de sitio para "no dar la espalda al enemigo" y estar de cara por si el acusado volvía.

El testigo ha declarado que minutos después el encausado apareció con un cuchillo, dijo "yo a la cárcel y tú al cementerio" y se acercó por la espalda al otro hombre sentado en la terraza al que posiblemente "confundió" con él para pincharle el cuchillo en el cuello "sin darle tiempo a reaccionar".

"Cuando se dio cuenta de que él no era yo, vino a por mí", por lo que huyó. Como el agresor le perseguía con el cuchillo en la mano -poco después lo tiró en una fuente- corrió hasta una cafetería y se encerró en el baño desde donde llamó a la Ertzaintza.

Cuando este testigo ha terminado su declaración ha sido amenazado de muerte por el reo: "Eres un mentiroso. Estas muerto", le ha dicho. Ante esta situación el presidente del tribunal, Jesús Poncela, ha pedido un informe sobre lo ocurrido a los ertzainas que lo custodiaban para tomar una decisión sobre lo ocurrido.

"Deje de complicarse la vida", le ha recomendado el magistrado al procesado, que en otro momento del juicio ha sido reprendido por usar palabras malsonantes durante su declaración.

La víctima: Temí por mi vida

También ha declarado el hombre que resultó herido, que ha explicado que el acusado le cogió por el cuello y después sintió "un golpe fuerte". Vio que tenía sangre y se llevó la mano a la garganta para taponar la herida, tarea en la que le ayudó un enfermero que estaba en la terraza.

"Pensé que me iba, que estaba muerto. Temí por mi vida", ha dicho la víctima, que cree que el reo pudo confundirle con el amigo que iba a testificar en su contra porque ambos iban de negro y además se habían cambiado de sitio en la mesa.

El resto de testigos, entre ellos el citado enfermero, ha ratificado estos hechos con pequeños matices.

El acusado ha contado una versión diferente. Según ha dicho, la víctima llevaba una navaja en el bolsillo y durante la discusión en la terraza los tres amigos le llamaron violador de manera reiterada, algo que le "nubló la cabeza".

Decidió ir a comprar un cuchillo -al que dejó el cartón que protege el filo y las bridas que lo sujetan- y tras volver a la terraza del bar se lo puso en el hombro a la víctima, que "se giró" clavándose el cuchillo en el cuello.

Ha asegurado que no se confundió de persona porque estaba convencido de que el primer hombre iba a declarar a su favor en el juicio por la agresión sexual y que a sabiendas se colocó detrás del otro hombre porque tenía una navaja y quería "pegarle un susto".

El procesado, que ha cometido otros delitos con anterioridad y está en prisión provisional por estos hechos, ha recalcado que si hubiera "querido hacer daño, le hubiera quitado la brida" al cuchillo.

La presencia de esas protecciones provocó que la hoja apenas de hundiera. De hecho, la herida solo requirió dos puntos de sutura y tardó diez días en curar.

La Fiscal pide más de 11 años

La Fiscal ha considerado sin embargo que el cuello es una zona muy sensible y que un corte más profundo habría "comprometido la vida" de la víctima.

Ha rechazado además la teoría del pinchazo "accidental", ha recordado que el acusado había mandado whatsapp amenazantes antes del incidente y ha considerado que con esta agresión "buscaba un mejor desarrollo del juicio por agresión sexual".

Asimismo ha considerado que el ataque por la espalda indica "alevosía sorpresiva" y ha rechazado las atenuantes por drogadicción porque "no ha quedado acreditado" que el acusado tuviera las capacidades afectadas en el momento de los hechos.

Por todo ello ha mantenido su petición de pena de 10 años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa y 1 año y 3 meses de prisión por un delito de amenazas con instrumento peligroso.

Por su parte le defensa pide 6 meses de cárcel por un delito de lesiones con las atenuantes de drogadicción y de confesión, ya que el propio acusado llamó a la Ertzaintza para entregarse

 El abogado del acusado ha asegurado que su cliente nunca tuvo intención de matar, que el cuchillo seguía con el cartón y las bridas y que el pinchazo se debió a "un movimiento brusco" de la víctima. Además, la lesión causada "fue muy pequeña" y "no lanzó una serie de puñaladas", sino que hubo "un solo golpe".

El juicio por estos hechos ha quedado visto para sentencia.




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