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Madrid, 10 abr (EFE).- Los hombres que matan a sus hijos en un contexto de violencia de género suelen tener un perfil psicológico "normalizado" y aparentemente poco peligroso, por lo que es muy difícil detectarlos y apenas tienen denuncias previas por maltrato. Además, es el delito que presenta una mayor tasa de suicidio.

El Ministerio del Interior estudia el perfil de los "filicidas" con el objetivo de detectar a tiempo y prevenir agresiones potenciales contra los menores. El jefe de área de análisis VioGén y Criminalidad de la Secretaría de Estado de Seguridad, Juan José López Ossorio, explica en una entrevista con EFE las características de estos agresores.

 Desde hace cinco años, el sistema VioGén evalúa el riesgo al que están expuestos los menores de ser agredidos por sus padres o las parejas o exparejas de sus madres, también víctimas de violencia de género.

4.500 menores en riesgo

En cinco años, el departamento de Fernando Grande-Marlaska ha detectado a 4.521 niños, niñas y adolescentes en riesgo de sufrir violencia vicaria, 1.096 de ellos expuestos a padecer una agresión letal.

Sólo en los primeros cuatro meses del año, siete menores han sido asesinados por sus padres en un contexto de violencia de género, una cifra superior a la media histórica de cinco asesinatos vicarios anuales. Desde 2013, son 57 las víctimas mortales de la violencia vicaria en España.

López Ossorio señala que este repunte "no responde a priori a que haya nada agudo, concreto, que lo explique", "ni siquiera un efecto imitación", pero reconoce que "es cierto que conviene reaccionar" a esta situación.

El estudio del perfil de los agresores es clave para afinar la predicción de la reincidencia e incluso la violencia mortal. Su departamento colabora con investigadores de distintas universidades para aumentar el conocimiento que se tiene de estos criminales.

En el caso de los filicidas, hombres que matan a sus hijos, cuenta que mayoritariamente presentan un perfil "más normalizado", no son antisociales ni violentos en su vida. Por ello, en gran parte de estos casos no constan denuncias previas por maltrato.

"En muchos casos llevan una vida aparentemente normal, no tienen por qué haber sido personas violentas en su vida, aunque sí presentan algunos rasgos de inestabilidad y baja autoestima", aclara.

Sin alarmas previas

Por ello, suelen escapar de escalas tradicionales que detectan a los sujetos especialmente peligrosos, a pesar de lo que pueden llegar a hacer. Se trata de un acto letal sin "muchas alarmas previas", no tienen por qué haber ejercido una violencia física grave contra su pareja o expareja antes.

Las pocas alarmas previas que pueden activarse son amenazas de suicidio y de muerte contra los hijos, más o menos expresas: "Dicen 'voy a acabar con todo', 'me lo voy a llevar todo por delante'". Además, los crímenes suelen producirse en un contexto de "rupturas muy litigantes".

"Son muy difíciles de detectar. Estamos hablando del episodio violento que más suicidios conlleva de todas las agresiones y homicidios, en España y en cualquier país", continúa. El 60 % de los asesinos vicarios en España se suicidó tras cometer el crimen, por lo que no pudieron ser juzgados por sus actos.

Como la mayoría de casos no se denuncia (el 28 % de los 57 registrados en España desde 2013), la detección es compleja porque no media contacto con ningún dispositivo que pueda alertar de la situación, "si hay suerte con los juzgados de lo civil".

La edad media de los asesinos vicarios es mayor a la de los agresores de violencia de género que no cometen estos hechos tan terribles y ronda los 50 años.

Interior, subraya López Ossorio, ya ha puesto en marcha una investigación para "mejorar los mecanismos de detección de casos potencialmente lesivos para los menores" y actualizar las actuaciones tendentes a prevenir estos sucesos. En la actualidad, los cuerpos policiales evalúan la situación de los hijos y las hijas de violencia de género para predecir violencia vicaria. A fecha 31 de marzo, había 1.431 menores expuestos a este riesgo.

Cada vez que VioGén detecta uno de estos casos, alerta a Fiscalía y al sistema judicial con el propósito de que hagan una valoración forense del menor para establecer medidas judiciales de protección. En este sentido, López Ossorio aboga por la coordinación de las distintas instituciones para mejorar la respuesta ante la violencia vicaria.

El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 53 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.




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