Los panelistas -el 51,3%- califican como regular el momento coyuntural de la economía española, y sus posiciones se vuelven más pesimistas cuando se les pregunta por el primer trimestre del próximo año: el 71,8% asegura que irá a peor. En consecuencia, sus estimaciones sobre el crecimiento medio de la actividad se rebajan respecto a nuestro informe anterior: ligeramente para 2022 -del 4% al 3,9%-, y sensiblemente para 2023 -del 3% al 1,1%-. Estas últimas se sitúan por debajo de las previsiones del Banco de España -del 1,4%-, del Fondo Monetario Internacional, del 1,2%, y del propio Gobierno -2,1%-.
La ralentización de la actividad económica vendrá dada, principalmente, por la caída de la demanda de las familias, tanto de consumo como, especialmente, de la compra de vivienda. El 59,3% de los panelistas asegura que la situación económica de las familias es regular y el 70,3% prevé que vaya a peor en el primer trimestre del próximo año. De hecho, el 74,6% espera que en los próximos seis meses el consumo disminuya, y el 85,6% que suceda lo mismo con la compra de vivienda, probablemente, por la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de las hipotecas.
En cuanto a las empresas, su situación económica y financiera es calificada como regular por el 70,1% de los expertos y directivos encuestados que, además, esperan que se vaya deteriorando en el corto plazo. De cara a los próximos seis meses, el 67,8% prevé una disminución de la inversión productiva de las empresas y el 75,4%, de la creación de empleo. No obstante, su mejor situación relativa en comparación con la de las familias se sustenta en la evolución de las exportaciones: el 47,5% afirma que seguirán estables, al menos, hasta mediados de 2023. Una situación que se está viendo beneficiada por la depreciación del euro frente al dólar.