Aunque un buen ambiente laboral es sinónimo de una mayor productividad, no es fácil que los trabajadores se lleven bien con sus superiores. Para los casos más extremos, los jueces han sido los encargados de poner paz.
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Aunque un buen ambiente laboral es sinónimo de una mayor productividad, no es fácil que los trabajadores se lleven bien con sus superiores. Para los casos más extremos, los jueces han sido los encargados de poner paz.
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