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Una plataforma on-line que acorte las distancias entre el individuo y el ordenamiento, que haga de la complejidad del Derecho algo más comprensible.

Derecho, leyes orgánicas, ordinarias, decretos, reglamentos, tiempos verbales diferentes a los que usamos cotidianamente… algo tan importante como la normativa vigente, que debería estar escrito de la forma más cercana posible al individuo, parece estar escrito en otro idioma, ocasionando que al ciudadano se le haga demasiado tedioso y enrevesado comprender la ley. Muchos defienden que el lenguaje jurídico es indispensable, por lo que yo no voy a entrar a criticarlo. Sin embargo, pienso que es aún más importante acercar el ordenamiento al ciudadano corriente, ya que la convivencia social es su razón de ser, a través de algo que todos comprendemos y manejamos: internet.

 

Se suele decir que el sector jurídico es un área rígida, poco flexible y hasta inamovible. En cierto modo es comprensible, ya que un ordenamiento jurídico en constante cambio destruiría el principio de seguridad jurídica. Pero por otro lado, no puede quedarse estancado al margen del paso del tiempo y de la evolución social, ya que esta última es su razón de ser. Entonces, ¿qué deberíamos hacer? Posiblemente, tomar un punto medio: modificar aquellos problemas que faciliten la consecución de la actividad jurídica sin poner en riesgo la certeza del Derecho.  ¿Y cómo se podría llevar a cabo? Utilizando lo que se ha convertido en la piedra angular de toda innovación moderna: el uso de internet.

Pero antes de comenzar a exponer una posible idea innovadora para el sector legal, es preciso definir qué es innovar. Por esta razón, voy a remitirme a la Diccionario de la Real Academia Española para desarrollar este concepto.
Según la RAE innovar significa mudar o alterar algo, introduciendo novedades. Esta aclaración nos lleva a preguntarnos acerca del término novedad, que es cualidad de nuevo, cambio producido en algo. Estas definiciones han de ser aplicadas al sector legal, es decir, todo aquello relativo al Derecho, por lo que podríamos terminar concluyendo que una innovación en el sector legal es toda aquella acción que altera el Derecho, produciendo e introduciendo cambios y cualidades novedosas.

El fin último de innovar en un sector es solucionar problemas, y a falta de estos, hacer de lo complejo algo más sencillo.
Precisamente, uno de los posibles problemas que se puede objetar del Derecho reside en su enorme complejidad. Una persona que no ha estudiado Derecho se asemeja a un niño perdido por una ciudad: no sabe por donde se mueve, ni que le depararán las calles que tome.

A la complejidad del Derecho se le añade la dificultad que presenta el “idioma jurídico”, que he mencionado antes, que levanta una barrera más entre dicho sector y la sociedad, ya que es un obstáculo para el acceso al ordenamiento.
El problema que hay que solucionar es, por tanto, la complejidad y la inaccesibilidad del Derecho.

¿Y qué medidas se podrían tomar para acortar las distancias que hay entre un ciudadano cualquiera y el sector legal? Personalmente, me remito a mi propia experiencia: cuando era más pequeño, y planeaba realizar alguna escapada de camping con mis amigos, nunca podíamos aclararnos sobre la normativa imperante del momento: uno leía una cosa, otro otra, un decreto por ahí, otra ley por allá… y encima, cada una referente a una parte de España. ¡Cómo me hubiese gustado encontrar una página web sencilla, comprensible, legible y, sobretodo, fiable!

Se trataría, por tanto, de crear una plataforma online y gratuita que mostrase, a través de un buscador, todos los “problemas jurídicos” que puedan afectar a un individuo, así como sus explicaciones en un lenguaje más cercano, soluciones y referencias a artículos específicos del Código Penal, Civil, de Comercio o la misma Constitución. El objetivo es evitar al ciudadanos una búsqueda tediosa y difícil a través de los cientos de artículos interrelacionados que hay en cualquiera de estos documentos.

Ha de ser online por su fácil acceso, y gratuito, ya que se pretende obtener una idea sin tener que pagar los servicios de un abogado. No se trata de sustituir dicha actividad, ya que los abogados son indispensable, sino de ofrecer una ligera idea acerca de cualquier problema jurídico, para que la gente sepa por donde se mueve, sin quedar en las exclusivas manos de un abogado.

Guillermo García-Escribano, estudia el grado de Derecho y Business Law (E1) en la Universidad Pontificia de Comillas ICADE.




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