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El interrogatorio de peritos tiene sus particularidades. En este post las vamos a examinar, diferenciando según sean propuestos por nosotros, por la parte contraria o se trate de peritos judiciales.

Con respecto a nuestro perito: 

  1. Tenemos que conocer al perito (cuál es su trayectoria, prestigio, currículum, publicaciones...) y su informe (consultarlo con él y estudiar el dictamen). Con respecto a su dictamen: 
    • Hay que pedirle que nos explique y "traduzca" a un lenguaje coloquial los puntos del dictamen en que apoyamos nuestros argumentos. 
    • Le consultaremos para saber si considera conveniente que le preguntemos sobre algún extremo en concreto 
    • y le preguntaremos cuáles son los puntos débiles de los argumentos en que se basa la conclusión del dictamen. Si los hay, pedirle que nos de posibles salidas para el caso de que el contrario utilice alguno de esos argumentos
  2. Mantendremos una reunión previa con él para advertirle del interrogatorio al que se le va a someter y prepararle (el perito ha de estudiar y releer el informe antes del juicio para que pueda defenderlo en el acto del juicio). 
  3. Hay que presentarlo cuando comencemos el interrogatorio, preguntándole sobre sus títulos académicos, profesionales y experiencia. 
  4. No hay que preguntar sobre todo el dictamen sino sobre aspectos oscuros, mal explicados o contradictorios (no hay que hacerse el tonto: aclarar dudas y hacer que se entiendan las cuestiones complejas) e incidir en las conclusiones del informe para que queden claras al juez, así como sobre los procedimientos empleados (cómo ha llegado a esas conclusiones), que pueden ser muy variados según la especialidad. Si no detalla las fuentes utilizadas en la elaboración de la pericia, hay que preguntar sobre el método de trabajo y de investigación. 

Los peritos contrarios. 

Consideramos peritos contrarios tanto a los aportados por la otra parte como a los designados judicialmente cuyo dictamen nos resulta desfavorable:

Los aportados por la otra parte:

  1. Hay que evitar un enfrentamiento directo ya que son profesionales en su materia y sus conocimientos superan los nuestros. Para intentar compensar esa inferioridad técnica, podemos aprender el vocabulario y conceptos básicos en torno a los que gira el contenido del dictamen.
  2. Hay que conocerlo y encontrar sus puntos débiles. Destacar contradicciones en sus respuestas con otros apartados del dictamen o con otros informes e incluso con otras publicaciones del perito. Si encontramos esas contradicciones, podremos alegar que cambia de criterio a su conveniencia al decir primero blanco y después negro, según le interesa.
  3. Atacar tanto el contenido como el procedimiento (métodos, fórmulas, material empleado...).

Los designados judicialmente cuyo dictamen nos resulta desfavorable. 

Podemos cotejar su informe con alguno de nuestros peritos y ver si existen puntos débiles. Si no existieran, podemos centrarnos en otras pruebas o cambiar de estrategia (¿es posible un acuerdo?) y, en el caso de que el informe no recoja o lo haga de manera incompleta las pruebas practicadas o el procedimiento que ha seguido para llegar a sus conclusiones, interrogarle sobre estos extremos (puede responder que ha realizado las pruebas pero que no las incorporó al informe y, si incidimos más, preguntando qué tipo de pruebas practicó, podemos llegar a evidenciar esa carencia y así, le restamos valor).




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