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ANA VALLS RIUS

  • “Mediación intrajudicial versus extrajudicial es un debate apasionante. Desde mi experiencia y las estadísticas lo revelan, hay que potenciar la mediación en todos sus aspectos, pero sobre todo PREVIA a la vía judicial. Si arranca el conflicto judicializado los porcentajes de acuerdos son menores
  • “Si los abogados se implicasen más en la mediación sería más sencilla su implantación. Los mediadores norteamericanos nos indican que trabajan como mediadores para abogados. En Inglaterra, un 75 por cien de las mediaciones son derivadas por los propios abogados”

 “Ha llegado el momento que nuestra administración equipare el derecho a la justicia gratuita para tener un abogado, con el derecho a la justicia gratuita para tener un mediador”, es la reflexión de una de las profesionales de nuestro país que con más fuerza ha impulsado la mediación. Dos décadas lleva Anna Vall Rius  vinculada al mundo de la mediación, tanto como mediadora como en la gestión de diferentes instituciones.

 “Creo que debe romperse la tendencia actual en la que muchos mediadores ofrecen su actividad de forma gratuita, sobre todo por sus ganas e ilusión de practicar esa actividad”; comenta.   A su juicio, no se puede obligar a un profesional, sea el que sea, a que trabaje de forma gratuita siempre.  Hoy se celebra en la UE y en todo nuestro territorio nacional el Dia Europeo de la Mediación. 

Una buena excusa para chequear el estado de salud de una práctica, necesaria en un país como España en el que desde hace cuatro año no se crean juzgados. Con Anna Vall hemos repasado las cuestiones principales que preocupan a los expertos en mediación: ”Creo que ahora ya no existe el recelo inicial, por parte de muchos jueces y abogados que nos veían como bichos raros, como algo ligero pero que no tenía importancia. Como antes le comentaba hemos avanzado mucho pero aún nos falta para llegar al punto óptimo que todos queremos”, apunta.

Anna VallsSu perfil; Una vida volcada hacia la mediación

“Descubro la mediación a primeros de los años noventa y en 1996 ya formo parte de una de las asociaciones de mediadores que surgieron en aquel momento. Dos años después empiezo a dar clases y a seguir formándome en esta práctica. En el 2000 entro en el Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, en su equipo de mediación penal donde estoy cuatro años.

Es durante el 2004 cuando me llaman para dirigir el Centro de Mediación Familiar de Catalunya, luego transformado en el Centro de Mediación de Derecho Privado de esta CCAA.  Estoy seis años gestionando esta entidad hasta que a finales del 2010 creamos una pequeña empresa de mediación, Logosmedia que sigue en activo, hoy en la actualidad.

En el 2012 soy elegida para crear y coordinar el Centro de Mediación del Colegio de Abogados de Valencia. Ahí seguimos, trabajando en la gestión del centro y soy responsable de la formación que se imparte.

Nuestro Master de Mediación, de carácter semipresencial, es ya un clásico, viene gente de toda España a recibirlo. También estamos en la segunda edición de un curso sobre Mediación aplicada a accidentes de circulación. Nadie duda que la mediación es un valor en alza y las personas se apasionan por la mediación.”

¿Cuál es el estado de la mediación en nuestro país en estos momentos?

Es evidente que se ha avanzado mucho en estos tres años de la puesta en marcha de la Ley y su posterior Reglamento, sin embargo nos falta llegar de forma plena a la sociedad. Que sepan que en muchos conflictos de la vida ordinaria pueden aplicar la mediación, como método alternativo a la justicia ordinaria.

La mediación es una carrera de largo recorrido. Hace veinte años cuando me involucré en ella ya advertí que sería el futuro más o menos cercano. Creo que los mediadores, además de formarse, debemos tener una serie de capacidades personales y una actitud concreta, también.

Creo que ahora ya no existe el recelo inicial, por parte de muchos jueces y abogados que nos veían como bichos raros, como algo ligero pero que no tenía importancia. Como antes le comentaba hemos avanzado mucho pero aún nos falta para llegar al punto óptimo que todos queremos.

Ahora mismo, el propio CGPJ se está implicando de forma decidida en el desarrollo de la mediación, firmando convenios con entidades mediadores, CCAA y cualquier colectivo que quiere promover su difusión.

Los propios Colegios de Abogados han visto que los abogados tienen que conocer la mediación y han apostado por formarles. Muchas de estas entidades ya cuentan con su centro o entidad mediadora, además.  Procuradores, arquitectos y otras profesiones quieren ser mediadores, entre otros colectivos.

La evolución, entonces ha sido positiva…

Desde luego. Hay que verlo así, muchos más profesionales se interesan por la mediación y quieren ser actores dentro de ella. Llegar a un punto óptimo de desarrollo, donde existan más mediaciones aún nos falta bastante.

Tenga en cuenta que la mediación supone un cambio cultural importante que debe asumirse desde todas las instancias; escuelas, universidades, políticos, para que se vea con normalidad dentro de nuestra sociedad.

Estos cambios no se hacen ni en cinco ni en diez años. Ahora, lo que no entiendo es porqué se exige mucho más al mediador que a otros profesionales que realizan otras actividades.  Hay buenos mediadores, muy bien formados, lo que no entiendo es porqué a los mediadores se les exige más que a otros colectivos profesionales.  No es solo formación, como antes le decía sino también la actitud personal. No todos podemos ser mediadores, debemos dedicarnos realmente a lo que encaje con nuestro perfil.

¿Ha cambiado mucho la manera de entender la mediación y su puesta en práctica en estos últimos veinte años?

Claro que ha cambiado, como ha cambiado la sociedad y nuestros tiempos. Creo que al principio cuando arrancamos estas prácticas nos preocupaba que todo estuviera muy bien. Casi podríamos decir que salían mediaciones de laboratorio, donde se cuidaban todos los principios y a veces nos paralizaba un poco nuestra creatividad.

 A lo largo de los años, la práctica de la mediación ha evolucionado en el sentido de intentar dar respuestas a las necesidades reales de nuestro entorno cultural.  Ya no somos tan asépticos, tan de laboratorio, sino que intentamos, sin perder los principios básicos de la mediación, llevar a cabo un proceso de mediación más adaptado a lo que necesitan las personas reales.

¿Son necesarios los centros de mediación tal y como se conciben, usted ha dirigido uno en Barcelona y ahora en el ICAV de Valencia, otro?

Creo que si, a las pruebas me remito de los resultados logrados. Necesitamos la implicación de las instituciones para que la mediación avance. A nivel público también sería bueno que pudieran reforzar ese apoyo.

Hay estudios económicos que demuestran que donde se aplica la mediación, hay, no solo una ventaja psicológica, moral o social para las personas que viven ese conflicto y lo gestionan a través de la mediación, sino que también hay una ventaja económica para la propia Administración.

SI la Administración fuera consciente de la utilidad de la mediación, posiblemente potenciaría más su uso a diferentes niveles sociales. Ya que como todos sabemos no hay recursos para construir juzgados, hay otra fórmula más racional de resolver los conflictos. 

Mediación intrajudicial y extrajudicial ¿Por qué hay este inesperado debate en la calle?

Este es un debate apasionante, del que quiero aportar mi punto de vista basado en mi experiencia profesional de tantos años. Hay que potenciar la mediación en todos sus aspectos, pero sobre todo PREVIA a la vía judicial.

Normalmente los casos que entran en la justicia ordinaria y que van a mediación son más complejos a la hora de ayudar a esas personas a encontrar una solución a su problema. La jurisdicción ordinaria agudiza los conflictos y las posturas de las partes se polarizan. Es más difícil ayudarles a reconducir su propia conflictividad.

Si conseguimos llegar al conflicto antes de esta vía judicial, posiblemente la solución al citado conflicto sea más sencilla. Desde esta perspectiva, deberíamos potenciar la vía previa para que muchos casos, antes de la vía judicial pasen por mediación.  Los más optimistas dicen que la mediación puede descongestionar nuestros juzgados, ahora lo veo prematuro, igual dentro de unos años lo logramos.

Entonces hay que evitar la judicialización de los asuntos y trabajar más en esa primera fase...

Tiene que ser así.  No es justo ni cierto que la única mediación que existe es la intrajudicial. Las propias estadísticas lo dejan claro, iniciado ese proceso judicial es más complicado y el ratio de acuerdos baja bastante.

Si trabajamos desde el principio, el conflicto se aligera y abrevia con lo que ello conlleva de tiempo y problemas emocionales para las partes.  Hay que darse cuenta que una sentencia no siempre es una solución a una discrepancia.

Desde fuera se advierte que la gran prueba de fuego de la mediación, está en la empresa, ¿verdad?           

Es muy importante abordar esta cuestión que usted plantea. En países como EEUU la mediación es fundamental y ha resuelto casos de gran envergadura. Abogados españoles que han viajado para allá han quedado convencidos de la mediación, cuando han visto cómo funciona realmente.

Creo que las personas lo que más valoran en un conflicto es la capacidad de decidir. Que no nos impongan soluciones extrañas y al margen de nuestra voluntad. En las empresas, pasa igual con la misma fuerza. Habitualmente no quieren romper la relación con la otra empresa y de ahí que los mediadores podamos ayudarles mucho.

 Gracias a la mediación, la potestad de decidir hasta el último momento cómo se resolverá ese asunto de forma efectiva y eficaz la tienen ellos mismos.  La mediación es esa llave pare solucionar ese asunto de forma rápida y con costes económicos y emocionales adecuados

¿Mediador para todo o especializado, en función de la actividad?

Otro debate que está ahí y para el que no hay soluciones claras.  Es evidente que cualquier mediación centrada en un ámbito de actuación obliga al mediador a conocer bien ese sector e incluso las palabras o jerga de esa actividad.

Las partes agradecen, que cuando hablas con ellos, sepas realmente de lo que se está hablando y de la propia situación en la que se desenvuelven los acontecimientos.  El mediador debe, por tanto, estar preparado para afrontar lo que le van a explicar esas personas que acuden a verle y entender de qué le están hablando.

Algún colega suyo ha señalado en determinadas ocasiones la necesidad de que el abogado colabore en la difusión de la mediación y no la cuestione como hasta hace poco...

Es posible que así sea. Si los abogados nos implicamos más decididamente en el funcionamiento de la mediación, todo será más sencillo. 

Recuerdo que hace dos años vinieron dos mediadores internacionales norteamericanos y dejaron claro que ellos trabajan como mediadores para los abogados.  De hecho, son los propios abogados los que les facilitan llegar a sus clientes. En Inglaterra, un 75 por cien de las mediaciones son derivadas por los propios abogados. Es fundamental su concurso y más en un país como el nuestro.




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