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Han pasado apenas unas horas de su puesta de largo, la de su equipo y su proyecto en el Teatro Barceló de Madrid. La candidatura de José María Alonso a las elecciones del 13 de diciembre al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid había despertado enorme expectación y en su arranque ha aglutinado las adhesiones hacia el cambio en la institución. No es fácil encontrarse en un mismo evento y convocados por una voz a más de un millar de abogados en la capital, entre los más de 1.300 asistentes a un evento que ha marcado tendencia.

Usted ha sido el presidente de uno de los grandes despachos internacionales en Madrid, ¿qué puede aportar su experiencia al frente del ICAM?

Es un hecho que llevo ejerciendo esta dignísima profesión durante más de 40 años. He estado en la Junta de Gobierno del Colegio; y he dirigido durante casi 15 años dos de las primeras firmas de abogados de este país. Creo que ha llegado el momento en mi vida de dar un paso adelante y tratar de devolver a este oficio y a mis compañeros algo de lo mucho que me han dado a lo largo de estos años.  Como dice un viejo proverbio inglés: "La vida del hombre debe cubrir tres etapas para ser plena: aprender, ganar y servir". Yo he cubierto razonablemente las dos primeras, y ha llegado mi momento para entregarme a la tercera: "servir".

 

La mayoría de los abogados madrileños se pueden encuadrar en lo que en términos de mercado legal llamamos pequeños despacho o abogados solos, ¿qué mensaje tendría para ellos?

Hay un componente fundamental de “utilidad” que queremos trasladar al ICAM. Eso pasa por atender las necesidades de los profesionales del ámbito al que usted se refiere. Vamos a ser especialmente proactivos, vamos a poner en contacto a colegiados con profesionales de distintos sectores y a empresarios. Vamos a adoptar medidas específicas que alivien la carga que soportan los autónomos. Trabajaremos para que las grandes firmas de abogados y consultores destinen parte de sus recursos en materia de responsabilidad social corporativa en ayuda a los abogados más necesitados. Y desde luego implementaremos las mejores prácticas en ICAM en materia de formación, tecnología y gestión empresarial.

 

¿Cuáles son los objetivos de su candidatura para el Colegio de Abogados de Madrid?

Todos giran en torno a tres grandes ejes que son mis grandes obsesiones. Por un lado, que la abogacía madrileña ocupe en la sociedad civil y frente a las instituciones el papel relevante que debe ocupar. Por otro, que el Colegio se gestione bajo criterios de máxima excelencia, ética, trasparencia y eficacia. En tercera instancia, que el ICAM ponga en el centro de todas sus actuaciones al colegiado, especialmente a los más desfavorecidos. Esos objetivos se concretan en un programa ambicioso, muy medido, muy estudiado, y que nada tiene que ver con un conjunto de promesas y anuncios más o menos estructurados. Lo consideraremos un contrato, y si en algún momento incumpliéramos algún punto, los colegiados estarían en su derecho y casi en su deber de exigirnos responsabilidades.

 

La tecnología en una parte fundamental del ejercicio profesional, ¿Cuáles son las medidas que considera aplicar en el ICAM en beneficio de los colegiados?

Éste es un asunto de vital importancia. ICAM estará al alcance de todos los colegiados presencial y digitalmente. Potenciaremos las retransmisiones en streaming, el uso de las redes sociales. La propia relación con los medios de comunicación es para nosotros fundamental en la Sociedad de la Información que vivimos y compartimos. La agenda de ICAM, las novedades judiciales, las ofertas comerciales o de formación… todo debe estar volcado para el acceso a través de las TIC’s.  La forma de ejercer la abogacía va a cambiar radicalmente en los próximos años y los abogados tenemos que adaptarnos a estos cambios si queremos subsistir.  El ICAM debe aportar herramientas tecnológicas que nos ayuden en este proceso de cambio.

 

La abogacía joven es un activo en un colegio tan importante como es el de Madrid. ¿Cuáles son las líneas de trabajo en favor de los nuevos colegiados?

Quienes conforman mi candidatura, y yo personalmente, llevamos mucho tiempo escuchando sus demandas y sus planteamientos. Les comprendemos. Hemos aprendido mucho y hay mucha tarea que hacer. Es una prioridad, sin duda. Empieza por la orientación ya en las universidades para la incorporación a la profesión, con los convenios con esas mismas universidades para focalizar una visión práctica del oficio… Creemos en los programas de ‘mentoring’, en la concesión de créditos blandos a los jóvenes colegiados para sufragar los gastos que no puedan asumir, y en los descuentos en las cuotas bajo determinados supuestos. He integrado a jóvenes abogados en mi equipo. Y tenemos la absoluta convicción de que no son sólo el futuro, sino que forman parte y juegan el presente.

 

El turno de oficio es uno de los aspectos más sensibles para un gran número de colegiados, tanto por el servicio que ofrecen a la ciudadanía como por las bajas y tardías compensaciones que reciben los letrados adscritos a este servicio. ¿Qué cosas considera que se pueden mejorar?

Muchas y muy importantes. En colaboración con ALTODO, y reconociendo su naturaleza de servicio público, vamos a proteger institucionalmente y de forma permanente los intereses y derechos de los abogados adscritos al Turno de Oficio. Hemos articulado una batería de medidas encaminadas a mejorar las condiciones en las que prestan los servicios y su propia calidad. Es primordial alcanzar mejoras en los baremos retributivos.

 

Las elecciones del 13 de diciembre pueden ser un proceso de cambio en el ICAM, pero ¿qué aspectos positivos considera que deja la anterior Junta de Gobierno?

Nadie es perfecto y nadie tiene un expediente lleno enteramente de fallos o errores. En todo caso, hay muchas facetas por mejorar, muchos aspectos sobre los que trabajar, muchas lagunas que cubrir, muchas áreas por explorar. La abogacía no está jugando en la sociedad civil y frente a las instituciones el papel que por su tamaño y relevancia le corresponde; ni el ICAM está prestando a los colegiados el servicio que estos requieren y por el que pagan las cuotas. Hemos analizado a conciencia la actuación de la anterior Junta, evidentemente. La conocemos. Y la realidad es que nos proponemos ponernos a partir del 13 de diciembre manos a la hora para que las cosas cambien; y los abogados lo van a percibir, de eso no tengo ninguna duda.

 

Por último, ¿Por qué le deberían votar los abogados de Madrid el próximo 13 de diciembre?

Porque los abogados madrileños pueden tener la seguridad de que afronto este reto con la máxima ilusión. Porque pueden tener la seguridad de que mi compromiso de servicio es absoluto. Porque siempre voy a poner a la institución por encima de los intereses personales. Porque pueden tener la seguridad de que voy a poner toda la experiencia adquirida a lo largo de mi vida - como abogado, como gestor de despachos de abogados, nacionales e internacionales, y como conocedor en profundidad del ICAM - para mejorar sustancialmente el Colegio y, con ello, las vidas de los colegiados.




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