lawandtrends.com

LawAndTrends



Estos últimos meses, hemos estado pendientes de una reforma en la legislación de los autónomos pactada entre el PP y Ciudadanos que tenía que suponer un paso adelante para solucionar muchos agravios pendientes de los autónomos. A la vez, esta ley quería ser una adaptación a los nuevos tiempos, donde las relaciones laborales y profesionales están evolucionando muy rápidamente.

Desgraciadamente, una vez más, la decepción ha sido importante. El gran paso ha quedado en un pequeño paso que no sólo no ha resuelto los agravios comparativos con el régimen general que sufren los autónomos, sino que ha comenzado un nuevo camino de discriminación entre los autónomos en función de si lo son como titulares de una actividad o lo son como administradores societarios. No tiene ningún sentido establecer limitaciones a determinados derechos y/o prestaciones en función del tipo de autónomo que eres, si no es por la eterna desconfianza del gobierno hacia los ciudadanos que seguimos siendo vistos como potenciales defraudadores.

En el ámbito tributario, la decepción se multiplica al ver que la ley sólo hace un pequeño maquillaje a algunos temas que no tendrían que ser ni discutibles y, por el contrario, no se solucionan temas tan relevantes y conflictivos como el tratamiento de la utilización del vehículo. En resumen, una reforma”rácana”, hecha con miedo y que deja sin resolver la mayoría de temas reivindicados por los autónomos.

Sin embargo, para que no sea dicho que sólo critico, hago una propuesta clara: eliminemos el régimen de autónomos y equiparémoslo al régimen general, con los mismos derechos y obligaciones. Hagamos un régimen donde se pague por lo que se gana, con altas y bajas en función de los días que trabajamos y con los mismos derechos. Hay medios técnicos para hacerlo. Así podríamos eliminar todos los problemas, las incertidumbres, los falsos autónomos, etc. Es así de fácil.




No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad