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La situación actual de los abogados es difícil. Estudios estadounidenses demuestran que un gran porcentaje de los alumnos de derecho y los que lo ejercen, tienen problemas de depresión o ansiedad. Es por esto que la American Bar Association realizó un estudio para prevenir estas conductas y recomendar actitudes para evitarlas.

Javiera Bianchi

Para ser un buen abogado, hay que estar sano. Pero, lamentablemente, esta profesión no destaca cuando hablamos de bienestar. La encuesta “Survey of Law: Studen Well Being” (2014) realizada en universidades de EE.UU. por la American Bar Association (ABA), mostró que el 17% de los alumnos padece depresión y el 21% sufre de ansiedad y que a un ¾ de ellos, la ansiedad se les fue diagnosticado mientras estudiaban Derecho. Según un estudio de la Journal of Addiction Medicine, los problemas sufridos en la universidad persisten e incluso se acrecientan en el mundo laboral: casi la mitad de los encuestados sufren o han sufrido depresión o ansiedad.

El National Task Force On Lawyer Well-Being, con el apoyo de la American Bar Association, realizó un estudio llamado “El camino hacia el bienestar del abogado: recomendaciones prácticas para un cambio positivo”, en donde se hacen propuestas para mejorar la salud mental de los profesionales.

La investigación revela que hay muchos abogados y estudiantes que padecen estrés crónico y que existen altos índices de depresión y uso de sustancias. El National Task Force On Lawyer Well-Being cree que el estado actual de salud de los abogados no es compatible con una profesión que se dedica al servicio al cliente y que depende de la confianza pública.

Actualmente el público está recurriendo a proveedores de servicios legales alternativos a los abogados que son más accesibles y asequibles, por lo que hay una disminución de cuotas de mercado. La situación hoy es una encrucijada, y para que el público siga manteniendo confianza en la profesión, para satisfacer la necesidad de innovación, aumentar el acceso a la justicia y reducir el nivel de toxicidad que ha permitido que los trastornos mentales y el abuso de sustancias se propaguen en el entorno legal, hay que actuar ahora.

Sin embargo, para hacer un cambio real de mentalidad, se va a necesitar de una evaluación sincera y abierta del estado actual de los profesionales, acompañado de un compromiso valiente por parte de los abogados.

El estudio hace 5 recomendaciones para revertir la situación. Primero, identificar las partes interesadas y el papel que cada uno puede desempeñar para reducir el nivel de toxicidad en la profesión. Segundo, eliminar el estigma asociado hacia las conductas de búsqueda de ayuda. Tercero, enfatizar que una buena salud mental es parte indispensable para que un abogado sea competente. Cuarto, educar a abogados, jueces y estudiantes de derecho sobre temas de bienestar asociados a lo legal. Y finalmente, conversar para cambiar gradualmente la forma en que se practica la ley hoy y cómo los abogados están regulados para inculcar un mayor bienestar en la profesión.

Homo Advocatus y el cortisol

“El Homo Advocatus ha aumentado la actividad en los genes del receptor cortisol, que es el sistema de producción de estrés”, se lee en un artículo ficticio escrito por Emma Ryan en el sitio Lawyers Weekly, basándose en un estudio realizado por el médico australiano Bob Murray, en coautoría con Alicia Fortinberry.

“Esto los impulsa a buscar el placer en el trabajo extremo, en competencia con otros miembros de la tribu, en el alcohol y otras drogas adictivas”, agrega el relato.

Si quieres revisar el índice del libro “The Human Science of Law Firm Strategy and Leadership” haz clic aquí.

Reproducción autorizada por Idealex.press  Ver artículo original

 




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