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  • En 2013, las demandas por impago se redujeron drásticamente: entraron un 49,3% menos de expedientes en el juzgado, hasta 8.966. En 2014 se registró el menor número de demandas de toda la serie histórica.

En un momento en que el alquiler está en sus máximos, tanto por su cuota en el segmento residencial como por su precio, las sentencias por impago crecen en España. Según datos de la Estadística de Arrendamientos Urbanos elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las demandas interpuestas por propietarios hacia sus inquilinos por no pagar el alquiler subieron un 3,8% en 2016.

No obstante, y pese a que en 2015 fueron menos los inquilinos demandados por propietarios, el número de expedientes que entraron en el juzgado es mucho menor que los que entraron, por ejemplo, en 2012. Aquel año, en plena crisis económica, según el INE, fueron 17.716 las demandas interpuestas por falta de pago de la renta o de cantidades que se asimilan, incluido fianzas.

En 2013, las demandas por impago se redujeron drásticamente: entraron un 49,3% menos de expedientes en el juzgado, hasta 8.966. En 2014 se registró el menor número de demandas de toda la serie histórica (el INE sólo cuenta con datos de 2012 en adelante) con 7.815 expedientes. En 2015 volvieron a crecer, hasta 8.269 demandas.

La estadística de arrendamientos urbanos también contempla otros conflictos judiciales que se presentan en ocasiones entre propietario e inquilino. Uno de los que más se repiten en el subarriendo o cesión incosentidos. En 2016, estos casos protagonizaron 33 expedientes, el mismo número que en 2015. El ejercicio en que más se dispararon este tipo de litigios fue en 2014, hasta 46.

De actividades molestas a daños en el activo

Aunque sea residual, las sentencias por arrendamientos urbanos también contemplan otro tipo de demandas. Una de ellas es la realización de actividades molestas, insalubres o peligrosas en la vivienda arrendada. Este tipo de demandas marcó su máximo histórico en 2016, con ocho expedientes de este tipo. En 2015, 2014 y 2013 se registraron cinco, seis y cuatro demandas, respectivamente.

El no usar una vivienda arrendada como residencia permanente también es una de las razones que llevan a los caseros en España a presentar una demanda contra sus inquilinos. En 2016, este tipo de expedientes se cifraron en tres, la cifra más baja de los últimos cinco años. La más alta fue en 2012, con 18 expedientes de este tipo.

Por último, las demandas que, por número, más tiempo representan a los juzgados españoles es la denegación de prórroga de contrato por parte de un propietario. En 2016 fueron 203 los caseros que tuvieron que presentarse en el juzgado por no querer renovar el contrato de su inquilino. En 2012, en plena crisis económica, fueron 506 los expedientes que se presentaron bajo este tipo de demanda.




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