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Oviedo-Imagen de wikimedia

 En estas últimas semanas, a los ovetenses nos ha tocado la lotería en dos ocasiones (igual que a ciertos políticos del sur), al caer sobre la ciudad “carbayona” una lluvia de millones, hasta el punto que ni los más viejos del lugar dicen no haber conocido sucesos tan extraordinarios.

La Sala Tercera del Tribunal Supremo, por una sentencia notificada el 11 de mayo pasado, ha fallado definitivamente el contencioso que nació con la expropiación del palacete conocido por “Villa Magdalena” en 1998 por el consistorio ovetense, gobernado entonces con mayoría absoluta por el PP, a la empresa propietaria Comamsa, estimando en parte el recurso de casación interpuesto por ésta contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de 29/07/2013, y ordenando su retasación.

Como consecuencia de esta sentencia, Oviedo tendrá que pagar alrededor de 30-33 millones de euros más, que se añadirán a los aproximadamente otros 30 millones de euros ya pagados a lo largo de los años desde la expropiación. Así, los ovetenses tendremos el honor de haber pagado más de 60 millones de euros por una casa, un poco de prado y unos árboles, situados en el centro de la ciudad. ¡Y la expropiación había comenzado en 1998 con un precio de 3,11 millones de euros! Por tanto, no podrá negarse la inmensa suerte que hemos tenido los “carbayones”: nada más y nada menos que hemos revalorizado el inmueble en un ¡¡¡¡¡1.929,26%!!!!!! Es seguro que en ningún otro pelotazo, recalificación, cohecho, prevaricación, amiguismo, politiqueo o mamandurria, el beneficio ha sido de tal calibre. ¡Carbayones suertudos, que hemos enriquecido de tal forma en menos de veinte años! Podremos estar satisfechos y cuando los turistas (sin duda habrá peregrinación mundial para conocer semejante palacio), nos pregunten, podremos decirles que no existe en el mundo entero un prado tan caro en el que puedan mear los perros: ¡sólo en Oviedo!

Y eso sí, que nadie se olvide de decir a continuación, que en el presupuesto ovetense para 2016, fijado en 223.289.000,00 euros, se habían previsto para inversiones la cifra de 14.013.171,57 euros que, indudablemente, tendrán que ser destinados a pagar parte de la condena, por lo que el municipio tendrá que soñar con unas inversiones que tardarán muchos años en ver la luz. ¡Y todos a rezar para que las partidas sociales no se vean afectadas!

Pero cuando toca la lotería, siempre toca dos veces: ¡por lo menos a los políticos!

Y ayer, se notificó la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Oviedo, que condena al Ayuntamiento de Oviedo a pagar 25.044.033,77 euros a la empresa Jovellanos XXI en concepto de liquidación por cancelar el contrato de explotación que tenía sobre el “palacio Calatrava” (por si no lo sabían Oviedo es la ciudad de los palacios). El Juzgado declara nula la decisión tomada por el Consistorio ovetense el 22/08/2014 (gobernado por el PP), por la que aprobó la liquidación del contrato con la empresa y asumió la explotación de las instalaciones sin pagar nada por todo ello.

Este contencioso había nacido en el año 2002, cuando la euforia política ovetense quiso situar a la ciudad en el mapa del mundo, para lo cual era imprescindible contar con un palacio diseñado por el afamado arquitecto Santiago Calatrava, aunque, como los asturianos somos grandes, Oviedo iba a tener ¡DOS PALACIOS!

Casi cuatro lustros más tarde, Oviedo nunca ha visto uno de los palacios y el otro, el construido, parece una nave espacial estacionada en medio de la ciudad. Una nave, en todo caso, averiada ya que la “firma Calatrava”, consistente en una enorme visera sobre el recinto que iba a abrirse y extenderse para dominar el cielo, nació muerta por una "falta de previsión en el diseño, fabricación y ejecución de la estructura de la cubierta”, además de por la existencia de “unos daños y perjuicios acreditados y evaluados … por el actuar negligente de quien se había obligado a ejecutarlos correctamente por un contrato de obra, al que no ha dado cumplimiento, o, si se prefiere, por quien está vinculado a un contrato que ha incumplido negligentemente, por no guardar en su forma de actuar la debida diligencia y que ha obligado a la promotora a reparar los desperfectos ocasionados…”, según establece una sentencia del Tribunal Supremo, notificada hoy (y luego decimos que la justicia española no funciona), que confirmó la sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo, Sección Quinta, que había condenado a Jovellanos XXI a pagar al arquitecto 7.285.000 euros por sus honorarios y, a la vez, había condenado a éste a pagar a la primera 10.245.781,74 euros por los defectos de construcción y sobrecostes. En fin, según la cuenta de la vieja, el arquitecto debe a la empresa 2.960.781.74 euros.

El “palacio Calatrava”, originariamente de “blanco calatrava” y ahora cada día más gris asturiano, es una inmensa mole que tanto de día como de noche está casi desierta. Sólo resiste abierta una tienda de unos grandes almacenes, tres o cuatro espacios de moda y dos o tres de hostelería. El resto está dominado por el vacío, el silencio y el miedo…, porque pasear por él a partir de cierta hora produce miedo. Sin duda, si se consigue que las tiendas abiertas emigren a otras latitudes, se podrá transformar toda la mole en un inmenso mausoleo que podrá atraer a miles de turistas forofos del miedo, y que, sin duda, pagarán grandes sumas de dinero por experimentar una nueva experiencia: “el terror Calatrava”.

En fin, si sumamos (con calculadora por supuesto), los ovetenses habremos recibido en las últimas semanas un premio sin igual, casi SESENTA MILLONES DE EUROS, aproximadamente unos 300,00 euros por cabeza, de aumento patrimonial de nuestra ciudad (y falta sumar el resto de los costes ya pagados por todo ello).

Sin embargo, lejos del más mínimo abatimiento, los gobernantes del Ayuntamiento de Oviedo, con el fin de dar a conocer tan maña suerte a sus ciudadanos, ha tomado una iniciativa sin igual, digna del genio político más genio: ha ordenado a la Policía Local que, desde ya, comience a “disparar con pistolas laser” por todas las calles de la ciudad a todos los vehículos…, para controlar los mil variados límites de velocidad que adornan el asfalto y las señales. Así, teniendo en cuenta la maniobrabilidad y la alta técnica de esas pistolas, podremos ver a los agentes disparando a diestro y siniestro a todos los coches que pasan por las calles, mientras se toman el café y el pincho de media mañana sentados en alguna de las terrazas que los hosteleros, siguiendo directivas europeas, han tenido que instalar pegadas a la calzada: será el tercer espectáculo que los turistas podrán disfrutar en la histórica capital del reino astur, muy superior a cualquier aventura de pistoleros del salvaje oeste americano.

Y, mientras todo esto sucede, los de siempre hemos empezado a sudar, pensando en cuánto va a aumentar el Ibi de nuestra humilde vivienda, y también a rezar para que, por lo menos, nuestros nietos puedan ver reparados los baches que hacen imposible el tráfico por nuestras calles.

 

PD. Las informaciones en las que se funda este comentario han sido publicadas por los diarios asturianos La Nueva España de Oviedo y el Comercio de Gijón, así como por la página web del Ayuntamiento de Oviedo.




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