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Gato en una jaula. (Foto: Juan Luis Jaen)

El viernes pasado entró en vigor la ley de ‘sacrificio cero’, una gran victoria para los defensores de los derechos de los animales que va a suponer más problemas que celebraciones.

La ley de Protección de los Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid, conocida como ley de ‘sacrificio cero’ entra en vigor este viernes, suponiendo una victoria y un paso gigante hacia delante en la lucha por la defensa de los derechos de los animales.

El 14 de julio de 2016 la Asamblea de Madrid aprobaba, con el voto a favor de todos los grupos políticos, la ley de ‘sacrificio cero’, cumpliéndose así el compromiso electoral de la presidenta regional Cristina Cifuentes y la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la protectora de animales ‘El Refugio’.

Esta ley debería suponer un motivo de celebración y alegría para aquellos activistas animalistas, sin embargo, su escasa legislación va a suponer problemas que pueden perjudicar a todos los animales que pasan sus días entre las cuatro paredes de sus habitáculos en los refugios municipales.

El gran debate

Toda ley conlleva una serie de medidas que adoptar. En este caso, la prohibición del sacrificio de perros y gatos requiere unos establecimientos amplios para el cuidado de los animales, ya que aumentará la población en los centros de acogida y en los refugios. También deben cumplir unas condiciones de habitabilidad mínimas (higiene, comida, etc.).

Alejandro Sánchez, portavoz de la Comisión de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de Podemos, y diputado también de Equo, explica el debate que provoca la implantación de la ley de ‘sacrificio cero’: “Si la Comunidad de Madrid exige a los centros de acogida que no se sacrifiquen animales, tiene que dar facilidades presupuestarias y de otros tipos para ello”.

Sánchez cuenta además que la ley se lleva desde la Comunidad, pero que la “competencia es de los ayuntamientos” y que “muchos centros de acogida municipales no están preparados para llevar a cabo la nueva normativa”.

La Comunidad de Madrid dispone de una partida de ayudas para las protectoras. En previsión de la aprobación de esta ley, el grupo Podemos en la Asamblea consiguió introducir en los presupuestos para 2017 una enmienda de medio millón de euros más para la adaptación y preparación de los refugios y centros de adopción. Sin embargo, Sánchez asegura que “aún no se ha ejecutado”.

Si la ley no se lleva correctamente provocará “sobrepoblación en los centros, que ya existe en algunos, pero habrá más aún”, manifiesta el portavoz, añadiendo que “la responsabilidad recae sobre los centros de acogida municipales, en la Comunidad se cuelgan la medalla, pero el trabajo al final lo hacen los Ayuntamientos”.

Respecto a este tema, fuentes de la Comunidad de Madrid aseguran que “la ayuda acordada de medio millón de euros es una realidad, y que, como en otras convocatorias, los ayuntamientos la podrán solicitar según las necesidades de cada uno”.

La necesidad de una buena aplicación de la ley de ‘sacrificio cero’ es el gran tema de debate. Matilde Cubillo, presidenta de la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de la Comunidad de Madrid (FAPAM), considera que no sólo es necesaria la ampliación de muchos de los refugios, también “hay que tomar medidas para que se abandonen menos animales, y también medidas de fomento de la adopción, que en los últimos meses han bajado".

¿En qué consiste la ley de ‘sacrificio cero’?

Además de terminar definitivamente con el sacrificio de animales en refugios por falta de espacio (en caso de enfermedad o causas justificadas si se podrá proceder al él), por esta ley queda prohibida la exhibición en escaparates de animales domésticos (équidos, perros, gatos y hurones), fomentando la venta por catálogo. Además obliga a los comerios a facilitar información sobre centros de adopción.

Tal y como ha explicado José Jover Ibarra, Subdirector General de Salud Pública del Instituto de Salud Pública 'Madrid Salud', organismo autónomo perteneciente al Ayuntamiento de Madrid, el objetivo de esta ley es “evitar la venta compulsiva que existe en periodos como navidades, donde la gente ve a los cachorros en los escaparates, los compra para sus hijos y no piensan que luego esos cachorros crecen”.

La única forma que tienen los establecimientos para continuar con la exhibición de perros y gatos en sus tiendas es modificar las características de sus expositores en el plazo estipulado en la ley (de 1 a 2 años).

Una ley contra el abandono insuficiente

En la ley de ‘sacrificio cero’ aún quedan muchos aspectos por concretar. La presidenta de FAPAM considera que “es necesario que se persiga a las personas que abandonan, así como los principales focos que todos conocemos, como el abandono de animales de caza”. Cubillo hace referencia con esto a una cifra aún muy alta de abandonos en Madrid, lo que supone que las medidas que se toman no son suficiente.

Por su parte, el portavoz de Podemos afirma que “las inspecciones son muy escasas porque los medios son insuficientes” y que por ese motivo hay refugios que no pueden tener a los animales en las condiciones en las que deberían.

Por otro lado, sí confía en que las penas por maltrato y abandono de animales sean las adecuadas: “las sanciones se subieron bastante durante 2016, porque estaban desactualizadas; ahora el maltrato o el abandono están penados con cuantías muy disuasorias", explica, confirmando que abandonar a un perro puede llegar a costar hasta 45.000 euros.

Con la entrada en vigor de la nueva normativa, empieza un camino largo que recorrer hacia la materialización efectiva del principio básico de la ley: garantizar los derechos de los animales domésticos.

Reproducción autorizada por Madrid CodeVer artículo original




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